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¡Abran las puertas! —ordenó Hunt mientras jalaba del cabello a su ahora ex esposa.

—¡Me lastimas! ¡Suéltame! —pidió llorando.

Las puertas se abrieron dejando ver el pueblo, algunas personas estaban ahí haciendo su trabajo pero los dejaron de hacer al ver la escena. Hunt aventó el cuerpo de la castaña fuera del palacio, Carina cayó de rodillas y volteo a ver a su ex esposo.

—¿Por qué me tratas así? —cuestionó.

—Eres una omega inútil, no eres fértil y jamás me darás herederos, no sirves para nada. —habló con desprecio.

El rey se metió nuevamente a su palacio, las puertas se cerraron. Carina volteó a ver a los pueblerinos, los cuales se reían de ella, otros simplemente observaban.

Con mucha vergüenza Carina se levantó del piso y corrió a casa de sus padres, tocó más de una hora la puerta pero nadie abría, se iba a dar por vencida pero la puerta fue abierta.

—¡Mamá! —gritó la castaña, se lanzó al cuerpo de su madre para abrazarla pero ella solo la empujó.

—¿Como te atreves a venir a esta casa después de lo sucedido? —cuestionó enojada. Carina negó levemente.

—Mamá… Owen me exigió el divorcio ¿Que podía hacer?

—¡Obviamente negarte!

—Eres una decepción, lo único que tenias que hacer era aguantar todo y darle un heredero, ¿Tan difícil era? —el padre de la castaña hizo acto de presencia parándose detrás de su esposa.

—Papá… mi loba.

—¡Callate! no quiero oír esas estúpidas excusas. —gritó su madre. La castaña agachó la cabeza con vergüenza.

—¿Puedo quedarme con ustedes?… no tengo donde ir, Owen me corrió. —sus progenitores se rieron.

Tú no vas a entrar a esta casa, eres una decepción.

—Qué bueno que Owen te corrió, ese es tu castigo omega inútil. —su padre la empujó con fuerza para cerrar la puerta.

Carina estaba llorando mientras veía la puerta de madera frente a ella, pensó que sus padres la iba a apoyar.

Empezó a caminar sin rumbo por el pueblo, soportando burlas y malos comentarios de las personas.

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Maya traía en sus manos una charola llena de roles de canela, se dirigía a la biblioteca lugar donde su esposa estaba leyendo un libro junto a la compañía de Toby. Entró a la biblioteca, sonrió en grande al ver a su esposa sentada en el sofá leyendo un libro, a pasos un tanto apresurados se acercó a ella y dejo la charola en la pequeña mesa frente a su omega.

—Roles de canela para la omega más hermosa del mundo. —Carina dejó el libro a un lado para abrazar a su alfa.

—Muchas gracias, bella.

—No es nada, debo cumplir con los caprichos de nuestro cachorro y de mi omega.

—No son caprichos… son antojos del cachorrito. —hizo un pequeño puchero y Maya soltó una pequeña risa.

—¿Como te sientes? He notado que tu estómago ya esta más abultado, ¿pesa mucho?

—Me siento muy feliz y de lo otro… bueno, no pesa tanto mi estómago, tal vez el próximo mes mi pancita ya pese mucho. —sonrió tiernamente.

—Cuando cumplas tres meses ya no te dejaré salir de la cama, todas tus comidas te las llevaré a la habitación y Vic estará todo el tiempo contigo. —dijo y Carina negó.

—No quiero estar encerrada, odio estar encerrada… quiero estar en el jardín y en la biblioteca contigo.

—Pero te vas a cansar y tus pies dolerán.

—No me importa, no quiero estar encerrada. —a la mente del emperador llego la conversación que tuvo con su omega hace mucho, donde le decía que Owen siempre la tenía encerrada y muy pocas veces la dejaba salir.

—Si te duelen los pies… yo les daré masaje, puedes andar por donde quieras, solo ten mucho cuidado. —colocó su mano en el abultado vientre de la castaña. —No quiero que nada les pase. —Carina sonrió.

—No me pasará nada, bella.

La Omega del Emperador Bishop (MARINA). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora