Habían pasado casi diez meses del nacimiento de los cachorros, Carina y Maya estaba mejor que nunca. Pasando agradables ratos en el jardín, comiendo postres deliciosos en la habitación, dando paseos por el pueblo y más cosas que disfrutaban hacer juntas.
—Lucas… cachorro, ven a aquí. —habló Carina mientras extendía sus brazos para que el cachorro gateara hacia ella. El cachorro rió antes de empezar a gatear.
—Guau guau —vocalizo señalando a Toby, quien jugaba con una pelota. Maya sonrió en grande mientras abrazaba a Andrew y le das pequeñas cucharadas de avena.
—Ya quiero verlos correr en el jardín. —dijo Carina sujetando a su cachorro.
—Cariño, apenas tienen diez meses… falta un poco para que empiecen a correr y cuando eso suceda vas a desear que vuelvan a gatear. —soltó una risa y Carina hizo un puchero.
—Aún así los voy a querer mucho, siempre serán mis pequeños cachorros. —dio unos leves apretones a las mejillas del bebé.
—Sinceramente ya quiero que crezcan, van a ser muy lindos. Después de todo, tu eres su madre. —opinó dándole la última cucharada de avena a su cachorro.
—Soy muy bonita y mis cachorros también son muy bonitos. —comentó con una sonrisa.
—¿Yo también soy bonita, cariño? —preguntó mientras se acercaba a su esposa. Carina acarició el cabello de la rubia con delicadeza.
—Si, tu también eres muy hermosa.
—Oh, por cierto. Te tengo una sorpresa, bueno, les tengo una sorpresa a los tres. —habló quitándole el babero a Andrew.
—¿Roles de canela? —preguntó con una gran sonrisa dibujada en su rostro. —No, espera. Ellos no pueden comer roles de canela.
—No son roles de canela pero estoy segura que te va a gustar. —Carina sentó bien a su cachorro antes de levantarse del césped.
—Enséñame la sorpresa, quiero verla.
El emperador se levantó igualmente del césped junto con su cachorro y empezó a caminar a lado de su omega, la familia se dirigió al taller donde Maya solía pintar varios cuadros en sus ratos libres, antes de abrir la puerta le sonrió a su omega.
—Espero les guste. —dijo antes de abrir la puerta, se hizo a un lado para que entrará la castaña.
Carina entró y observó el lugar detenidamente hasta que vio aquel cuadro, sus ojos se llenaron de lágrimas al apreciar ese lindo cuadro, eran sus pequeños sonriendo mientras Toby estaba sentado en medio de ellos. El cuadro era mediano, no era tan grande pero aún así era hermoso.
—Mira, Lucas. Eres tu con Andrew y Toby. —habló sosteniendo a su cachorro. —Andrew, mira. —Maya se paró a lado de la castaña. —Es para ti, ¿Donde quieres que lo cuelgue?
—En la habitación, quiero verlo todos los días, ¡pintas hermosa, bella! —abrazó con delicadeza a su cachorro. —Su mami pinta muy bonito.
—Haces que me sonroje. —dijo Maya tratando de ocultar su rostro en el cuerpo de su cachorro pero este le empezó a jalar el cabello a modo de juego. —No, no, jalar no, cachorro. Duele. —el bebé soltó una carcajada mientras daba leves brincos en los brazos de su madre.
—Ma… —balbuceo Lucas mientras jugaba con el collar que traía puesto la castaña.
—No, Lucas, aquí tengo tu juguete. —habló Maya sacando del bolsillo de su traje una sonaja y se la dio a su cachorro, este la agarro de inmediato al escuchar ese peculiar sonido. —No te pongas celoso Andrew, aquí también tengo el tuyo.
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Carina observaba a sus cachorros jugar sobre la alfombra con diferentes juguetes, ambos estaban sentados y soltaban una que otra carcajada de vez en cuando y varios sonidos.
—¿Donde esta Vic? —se cuestionó mientras comía un rol de canela. —No. Más bien… ¿Donde esta su madre?
Se levantó del sofá y camino hasta el gran ventanal que daba una linda vista hacia el jardín, volteo a ver a sus cachorros una última vez antes de ver por el gran ventanal, sonrió en grande al ver todas las lindas flores pero su sonrisa se borró al ver a su alfa con una mujer, no sabía si era omega, beta o alfa.
—¿Esa quien es? —se preguntó con molestia, volvió a ver a sus cachorros para asegurarse que todo estuviera bien. Al ver como ellos seguían jugando en paz volvió a ver a su alfa.
Su loba se sintió mal al ver como esa mujer abrazaba a su alfa y como Maya no hacía nada por alejarla, se alejó de inmediato del ventanal y fue hasta donde estaban sus cachorros, cargó a ambos y los metió en la cama, le puso seguro a la puerta antes de comenzar a hacer un nido con ropa suya y de sus cachorros.
—¿Debería poner ropa de ella…? —se cuestionó pero luego negó. —Es una traicionera. —soltó un gruñido antes de empezar a armar su nido, una vez listo se metió en el junto a sus cachorros.
—Yo no necesito a una alfa, solo los necesito a ustedes. —murmuró entre lágrimas. Escuchó la puerta ser golpeada varias veces, sin embargo, no se levantó y solo le dio a sus cachorros sus sonajas.
—¡Vete! —exclamó mientras le gruñia a su alfa.
—¡Carina, solo es una concubina que me mandaron! —Maya se quiso golpear al decir eso.
—¡Vete con ella, tonta! —Carina aventó hacia la puerta un florero que estaba cerca de ella.
Maya supo en ese momento que debía esforzarse mucho para conseguir el perdón de su omega y más cuando había hecho mala elección de palabras. Gracias al lazo que tenían podía notar como Carina se sentía triste y eso solo lograba que se quisiera golpear.
—¡Carina! ¡Escúchame!
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Para mañana, ¿Quieren capítulo o hacemos maratón?
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La Omega del Emperador Bishop (MARINA).
FanfictionCarina paso de ser la vergüenza de su familia y burla del pueblo a ser la omega del emperador Bishop. Adaptación. Autor original @bear__koo