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Mientras tanto en la residencia real donde se hospedaban los invitados a la ceremonia, se encontraba una alfa feliz.

—¡Esa bruja tenía razón! ¡Mi omega es muy linda! —exclamó el emperador con una gran sonrisa en su rostro.

—Su alteza, no debería gritar eso y no es bruja, es vidente. —hablo Jack acercándose a la rubia.

—Cuando lleguemos al imperio asegúrate de mandarle su pago a esa bruja. —ordenó mientras se acercaba a la ventana de aquella residencia real. —¿Como le haré para tenerla a mi lado?

—Podemos hacer que se divorcien, majestad. —opinó Jack. Maya volteo a ver a su amigo y mano derecha.

—¿Y cómo haré eso?

—Majestad, usted gobierna un imperio, uno muy poderoso y aquí solo es un simple reino…

—Ya entendi por donde va esto. —dijo agarrando un morral lleno de monedas de oro antes de arrojarlo hacia su asistente y mejor amigo.

—Le recomiendo que lo haga usted, su alteza real. —Maya soltó un suspiro.

—Que fastidio esas personas.

👑👑👑

Amelia tomaba el té con el rey en el jardín real, solo ellos dos, sin estorbos ni nadie más.

—Mi rey, he estado pensando un poco la situación de la reina. —comenzó a hablar.

—¿Que situación? Explícate. —ordenó.

—La reina la noche de ayer me confesó que es infertil, nunca le dará herederos y eso sería un problema ¿no?

—¿Carina te confesó eso? —su concubina asintió. —Debería hablar con ella más tarde.

—Pero eso no es lo único que le quiero decir, sino que también su pueblo a esta esparciendo rumores de eso y se están burlando de usted. —fingió preocupación.

—¿De mi? ¿Por qué? ¿No deberían burlarse de Carina? —interrogó con molestia.

—Se burlan de usted por estar casado con una omega inútil…

Owen miro las galletas frente a él mientras pensaba una solución para aquel problema.

—Debería divorciarse ¿no cree?

👑👑👑

Casi se cumplía un mes desde que fue sacada del castillo como si fuera una escoria, después de divorciarse de Owen fue a buscar el apoyo de sus padres pero lamentablemente estos no querían saber nada de ella ya qué era una vergüenza para la familia, el pueblo se burlaba de ella.

Carina no podía caminar con tranquilidad sin escuchar burlas, insultos y demás en su camino. Todo gracias a Owen Hunt y Amelia.

—Has bien tu estúpido trabajo si quieres comer, omega inútil. —habló un señor de avanzada edad.

La omega solo soportaba aquello por su supervivencia, no tenía el apoyo de nadie en este pueblo ni fuera de el.

Carina asintió mientras empezaba a jalar con fuerza aquella carreta de verduras.

El señor al ver como la omega hacia mal su trabajo se levantó de su asiento y se dirigió hasta donde estaba para golpearla.

—Omega inútil, no sabes hacer nada. —le pegó con un palo en la espalda, la omega se retorcido de dolor. Iba a continuar pegándole pero un alfa no se lo permitió. —Su majestad… ¿Que la trae por aquí?

—Vengo a llevarme a esa omega. —señaló a Carina quien estaba sentada en el lodo.

—Pero no puede irse, me debe varias monedas por alimentarla. —habló.

La alfa volteo a ver a la omega, lucia más delgada que la última vez, volvió a ver al viejo.

—Dije que vengo por ella. Dígame cuanto le debe, no creo que sea mucho ya que esta en los huesos la pobre. —El ansiano hizo una mueca.

—Solo llévesela.

Maya se quito su saco de aquel costoso traje y lo coloco en los hombros de la castaña.

—Tu vendrás conmigo.

La castaña no entendía nada, solo miraba a la rubia. Soltó un pequeño jadeo cuando la alfa la cargo al estilo nupcial.

—Su alteza, estoy sucia. —mencionó con vergüenza.

—No importa, estás muy débil. —habló. —El carruaje esta un poco lejos.

Carina con algo de timidez recargo su cabeza en el pecho de la rubia, sentía mucha tranquilidad estar con aquella alfa.

Al fin, alguien la estaba tratando con delicadeza. ¿Podía confiar en ella?

👑👑👑

—Traigan a Carina. —ordenó Maya a uno de sus sirvientes.

No pasó mucho tiempo cuando la omega ya estaba entrando a la oficina de la alfa con mucha timidez.

—Su alteza ¿me necesita? —cuestionó.

—Te vas a casar conmigo dentro de unos días. —avisó. —He preparado nuestra boda desde que te conocí.

—¿Que? ¿Por qué? —cuestionó.

—Hace mucho fui con una bruja para preguntar como era mi predestinada y como iba a encontrarla. —empezó hablar mientras miraba fijamente a la castaña. —Y da la casualidad que tu eres mi predestinada, así que nos vamos a casar.

—Pero… se burlaran de usted. —se excuso, acababa de salir de un matrimonio atroz no podía volver a casarse tan pronto.

—¿Y? No me importa, lo único que me importa es que tu seas mi omega, mi emperatriz. Todos te van a respetar, de eso me encargo yo. —dijo acercándose a la omega a acariciar su mejilla con suavidad. —Nada ni nadie evitará qué nos casemos, ¿entendiste?

Carina no sabía que responder, pensó que aquella alfa la había ayudado porque era una buena persona, pero ya vio que no.

¿Que debía responder?

No, no debía responder nada, la alfa solo le estaba avisando que se casarían. Además, ella era una omega, las omegas solo deben obedecer.

Era una tonta por confiar en aquella alfa.

—Va a venir la costurera en la tarde, elige el vestido que más te guste. —beso con delicadeza la mejilla de la castaña.

Carina asintió mientras hacía una leve reverencia antes de salir de ese lugar.

—Me voy a casar con ella. —murmuró.

Inmediatamente a su mente llegó la imagen de la alfa dándole un beso en su mejilla, con cierta vergüenza tocó la zona y sintió un leve cosquilleo.

Su loba ha estado feliz desde que Maya la trajo aquí.

La Omega del Emperador Bishop (MARINA). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora