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—Se acerca el baile de otoño ¿me ayudas con los preparativos? —cuestionó Maya con una sonrisa.

—Ma… —llamó Lucas jalando la mano de la rubia.

—¿Que paso cachorro? —preguntó, el pequeño apuntó la charola llena de galletas. —¿Galletas? —el niño asintió, tomo varias galletas y se las dio al pequeño. —Dale a tu hermano ¿si? —el cachorro asintió antes de caminar a pasos lentos hasta su hermano quien estaba jugando en la alfombra.

—Entonces ¿me ayudas? —cuestionó Maya y Carina asintió con una sonrisa.

—Una fiesta en el pueblo suena maravilloso. —la rubia asintió.

—¿Mañana iniciamos con los preparativos?

—Si, mientras hay que comer galletitas. —tomó una y se la metió a la fuerza a la boca de su esposa. Maya se comió la galleta.

—Que agresiva, cariño.

—Es que yo hice estas galletitas, quiero que te las comas ¿te gustan? —cuestionó con una sonrisa.

—Saben riquísimas. —respondió sonriente.

👑👑👑

Maya y Carina miraba a las personas bailar bajo la luz de la luna y de los candelabros que estaban en las paredes.

—Ma. —vocalizo uno de los cachorros mientras daba leves brincos en los muslos de la castaña.

—¿Que quieres, Andrew? —cuestionó, su cachorro apuntó hacia la mesa de los bocadillos. —Oh, quieres pan. Eres un pequeño glotón

—Yo los llevo, cariño. —se levantó y bajo de sus brazos a Lucas para que caminara, Maya hizo lo mismo. —No vamos a tardar. —dijo antes de comenzar a caminar a pasos lentos a la par de sus cachorros.

Carina sonreía levemente al ver la escena pero esa sonrisa se borro cuando alguien se paró frente a ella.

—¿Necesitas algo? —cuestionó con amabilidad.

—Hablar con usted, es obvio ¿no? —habló Linda.

—Discúlpeme pero en estos momentos no puedo, estoy disfrutando de la fiesta. —dijo fingiendo amabilidad. —¿Le gustan los roles de canela? —cuestionó empezando a comer la carne que había en su plato.

—Seré directa, me gusta el emperador Bishop y quiero ser su concubina. —habló con una sonrisa en su rostro. Carina dejó los cubiertos en la mesa, dirigiendo su mirada a la beta.

—¿Y? Creo que seguirás queriendo, el emperador no quiere concubinas.

—Odio a la gente como tú.

—¿Como yo? —cuestionó con burla. La beta se acercó a la omega tratando de intimidarla pero ella solo sonrió con dulzura.

—Finge ser inocente pero es una persona horrible, me da asco.

—Tu me das asco y no me ando quejando, mejor vete. —dijo volviendo a comer.

—Haz que el emperador me convierta en su concubina, quiero se la concubina de Maya. —Carina rió.

—¿Me estas dando órdenes? ¿Tu a mi? —se burló.

—Quiero ser la concubina del emperador y sé que usted lo puede hacer posible.

—¿Que te hace creer eso? —cuestionó.

Linda quería golpear a la omega enfrente de ella, odiaba a ese tipo de personas, fingiendo inocencia y haciéndose los tontos cuando en realidad eran malas personas.

La Omega del Emperador Bishop (MARINA). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora