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—Te lo advertí. No debes meterte con la Emperatriz. —habló el señor mientras cortaba algunas naranjas. La beta lloraba desconsoladamente tratando de cubrir su rostro.

—Esa maldita omega… es una desgraciada.

—Ten cuidado con lo que dices, aquí la gente te puede escuchar y decirle al emperador, suficiente tienes con tener toda la cara llena de cortadas ¿no? —habló.

—¿Ahora que haré? Gracias a mi belleza conseguí varias cosas pero ahora con este rostro no lo creo. —lloriqueo y el señor le dio un vaso de jugo a la beta.

—Vete de aquí, puedes usar una máscara, por lo que me cuentas solo utilizas tu cuerpo, tu cara no es tan importante.

—Mejor cierra la boca si no va a decir algo que me ayude. —dijo molesta.

—Vete de este imperio si quieres seguir con vida, me sorprende que no te hayan matado. —Linda pensó un poco lo que le estaba diciendo el señor.

—Tal vez… si debo de irme, esa omega tiene al emperador comiendo de la palma de su mano, todo lo que le ordene el emperador lo hará sin protestar.

—Que bueno que lo sabes.

👑👑👑

Carina miraba su rostro en el espejo, tocando levemente su mejilla donde estaba ubicada la leve cortada que ella misma se hizo.

Maya entró a la habitación con una gran sonrisa mientras cargaba a sus cachorros en brazos.

—Cariño, los cachorros y Toby quieren jugar contigo, también yo. —soltó una leve carcajada.

—Me siento culpable por lo de esa beta. —confesó. —Su rostro estará marcado de por vida.

—Cariño, esas son las consecuencias de lastimarte.

—Pero ella no me hizo nada. —Carina se levantó de la silla.

—Carina, no me importa si te hizo ese corte o no. Ella estaba de insistente en ser mi concubina, incluso se atrevió a hablar mal de ti. —habló con molestia, soltó un pequeño suspiro cuando sintió como uno de sus cachorros se escondía en su cuello. —Iré al jardín con los pequeños.

Sin más que decir salió de ahí junto con sus cachorros, dejando sola a la omega.

Carina cepillo su cabello antes de salir de la habitación para ir con su esposa, bajó hasta el jardín a pasos lentos, sonrió en grande al ver a Maya jugar con los cachorros y Toby con la pelota.

—¡Maya! —gritó la omega llamando la atención de la alfa, la rubia corrió hasta donde estaba Carina.

—¿Sucede algo malo? —Carina negó.

—¿No me odias por hacer lo que hice?

—No, jamás voy a sentir odio hacia ti, lo único que siento por ti es amor. —besó la mejilla de la castaña. —Y si me pides que mate a alguien solo lo haré, no me importa si no te hizo nada. Le matere porque tu me lo estás pidiendo. —Carina besó castamente los labios de la rubia.

—Eres una gran alfa, te amo mucho, soy muy afortunada de tener una alfa como tu.

—Yo igual te amo, vamos con los cachorros ¿si? —la pareja camino hasta donde estaban sus cachorros y mascota para jugar con ellos.

—Deberías Invitar a Andy y a sus cachorros para que jueguen con los míos. —propuso Carina. —Mis cachorros no tienen amigos. —Maya rió.

—Le diré a Jack, estoy segura que aceptará.

👑👑👑

Maya besaba las delgadas piernas de la castaña mientras esta leía un libro con mucha calma.

—Dijiste que me ibas a poner crema, no besarme las piernas. —habló Carina sin despegar su vista del libro.

—Mañana es mi celo, mi loba no sabe controlarse contigo.

—No le eches la culpa a tu lobita, solo admite que eres una alfa hormonal. —dijo mientras reía, cerró el libro y lo dejó en el mueble que estaba a su lado.

—¿Podemos tener intimidad? No lo hemos hecho desde hace un tiempo. —la alfa sonrió al acercarse al rostro de la castaña.

—Mañana ¿si? —Carina fingió pensar.

—¿Por qué hasta mañana? —cuestionó con un puchero.

—Porque nuestros cachorro están ahi… —la omega rió. —Y no quiero despertarlos, mañana se los encargaré a Vic y en vez de bajar a desayunar tu y yo nos quedaremos aquí.

—Hubieras dicho eso desde un inicio, por lo menos dame un besito ¿si? —Maya sonrió y Carina negó, su esposa parecía una linda cachorrita, tomo el rostro de su alfa y deposito suaves y castos besos en los labios de la rubia. —Extraño chupar tus pechos y beber tu deliciosa leche. —confesó la alfa con una sonrisa.

—Tu solo debes extrañar mi leche porque mis pechos sigue aquí y los puedes chupar cuando quieras. —habló acariciando el cabello de Maya. La rubia miró con una sonrisa a la omega.

—¿En serio puedo chupar? —Carina asintió con su cabeza. —Gracias, gracias. —con delicadeza y algo desesperada, la alfa le quito la bata de dormir a la omega, después bajó un poco la prenda para tomar un pecho y meterlo a su boca empezando a chupar con delicadeza.

La Omega del Emperador Bishop (MARINA). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora