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Los tres hermanos estaban escondidos detrás de un sillón mientras esperaban que su mamá alfa se alejara de su mami omega.

—¿Quieres roles de canela? —preguntó Maya mientras sobaba los pies de su omega.

—Eso no se pregunta, alfa. —Carina sonrió.

La alfa asintió mientras se levantaba de su asiento para salir de la habitación, dejando a su omega bebiendo un poco de té. Los cachorros al ver a su mamá omega sola no duraron en ir corriendo hasta ella para abrazarla.

—Corre, Stepania. —habló Andrew tomando la mano de su hermana.

Los tres cachorros se subieron en el sillón para abrazar a la omega, Carina sonrió al ver a sus cachorros, dejo su taza de té en la pequeña mesa para corresponder el abrazo.

—Oh, mis tiernos cachorritos. —dijo sin borrar su sonrisa.

—Hueles a mamá. —comentó Lucas frunciendo un poco su nariz.

—Ustedes también huelen a mamá y a mi, huelen rico. —mencionó acariciando el cabello del pequeño con delicadeza.

—Mamá a veces huele feo… —hizo un puchero.

—Si, a veces huele a canela. —dijo haciendo una mueca desagradable.

La cachorra solo observaba como sus hermanos hablaban, así que solo se acurrucó un poco más en el cuerpo de su mami.

Por otro lado los cachorros seguían peleando y hablando de que su mamá estaba mucho tiempo con su mami Carina, estaban tan entretenidos los cuatro que no escucharon la puerta de la habitación ser abierta.

—¡Roles de canela para las personas más hermosas del mundo! —exclamó con una sonrisa.

Los cachorros se aferraron más a su mami al ver a Maya entrar a la habitación, cuando se acercó para abrazar a Carina los pequeños no dudaron ni un segundo en gruñir.

—Nos toca a nosotros estar con ella. —habló Andrew.

—Pero yo estaba con ella primero, es injusto.

—Tu siempre estas con ella, nos toca. —volvió a gruñir Lucas.

—Stepania… pequeña. —Maya se acercó a su hija pero esta solo se volteo para abrazar a su mami. —¿Tu también?

—Dame un rol y lo pienso. —dijo Andrew abriendo un poco su boca sin dejar de abrazar a su mami.

Maya un tanto indignada tomó un rol de canela y lo metió a la boca de su hijo, quien degusto el pan con una sonrisa.

—Yo también, mamá. —habló Lucas.

—Yo…—dijo Stepania con una sonrisa.

Maya abrió su boca indignada mientras metía roles de canela en la boca de sus hijos.

—¿Ves, cariño? Son muy malos conmigo. —hizo un puchero.

—Tu también eres mala con ello. —defendió Carina a los niños —Se obediente y más tarde te daré tu postre favorito.

Maya sonrió en grande y empezó a obedecer las ordenes de sus cachorros, valía la pena si iba a recibir algo glorioso.

👑👑👑


Maya tenía sus manos metidas en la parte del pecho de la castaña, mientras Carina intentaba quitarse a su esposa de encima.

—Quiero leer, bella. —dijo con un puchero.

La alfa empezó a besar el cuello de su omega, dejando pequeñas marcas rojizas.

—Y yo quiero mi postre… —soltó un leve gruñido. Carina tapó su boca para que no se escucharán sus gemidos.

—Yo me refería a otro postre… comida. —Maya se alejó del cuerpo de la castaña para verla.

—¿Comida? —Carina asintió, la alfa acomodó el vestido de su pareja con mucha vergüenza. —Pensé que mi postre serías tu, perdóname. —pero vaya sorpresa se llevó Maya cuando su omega la jaló de su traje para pegarla a ella.

—Ahora terminaras con esto, ¿Crees que puedes emocionar a mi loba y después irte?

—Pero quieres leer, ¿no? —sonrió fingiendo inocencia mientras colocaba sus manos en la cintura de la castaña.

—Tonta, alfa. —besó los labios de la rubia.

—¿Que quieres? Dime que es lo que quieres. —Maya se separó con una sonrisa.

Carina apoyó su cabeza en el pecho de la alfa mientras olía aquel aroma que tanto le encanta; coco y almendras.

—A ti, te necesito a ti y algo que tienes aquí escondido. —habló jugando con el borde del pantalón de Maya. —Te estorba este pantalón ¿no crees? —Carina desabrocho el botón sin quitar la mirada de la rubia.

—Estorba mucho… quitalo. —habló con su respiración pesada.

—Mira como me dejaste, hoy se me veía muy lindo mi vestido… ahora esta todo desordenado. —habló haciendo un puchero mientras sus manos paseaban por el cuerpo de la alfa.

—Si… te veías muy hermosa…siempre te ves hermosa. —acarició la mejilla de la castaña. —Pero en estos momentos te ves mejor sin el, desnúdate. —ordenó.

Carina empezó a desabrochar la camisa de la alfa, dejando pequeños besos en el pecho de la rubia.

—¿Y por qué no me lo quitas? Tu eres quien me quiere ver desnuda. —Maya soltó una risita.

—Pequeña descarada… —susurró antes de volver a bajar la parte superior del vestido que traía puesto la castaña para dejar a simple vista su pecho.

—Chupa, bella… te encanta chupar, ¿no? —habló mientras pellizcaba uno de sus pezones.

La Omega del Emperador Bishop (MARINA). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora