Nalani
Esperaba a Neteyam en el lugar de encuentro, tenía tantas cosas por decir y tan poco tiempo que pase pensando cada palabra que diría, pero cuando llego solo me quede muda. Sin saber que decir, recogí una manta que había traído y había colocado en el suelo.
—Toma.— Se la entregue.—Si no estaré para tu cumpleaños, al menos, deberías tener tu regalo.— A si es, ya tenía su regalo aunque para su cumpleaños faltasen semanas.
—Yo... gracias.— Neteyam miró la manta confundido.
—Tienes que abrirlo.
—Oh.— Con cuidado Neteyam quito la manta que envolvía el regalo, adentro había un abrigo, uno marrón que envolvía los hombros, espalda y pecho, lo había estado haciendo desde hace tiempo y lo había terminado hace unos días. En la parte de adelante había unos botones para que pudiera colocársela fácilmente.
—Y...¿Te gusto?
Neteyam subió la mirada con una sonrisa.—Me encantó.
El resto de la noche la pasamos hablando, sentados y tomados de la mano, ambos teníamos mucho que decir y aprovechamos cada segundo de eso. No puedo explicar lo bien que se sintió estar con él de otra manera que no sea amistad. Estaba sentada detrás de él y con mi mano comencé a hacer pequeños círculos en su espalda.
—Aún no puedo creer que te irás, que se irán. ¿Como será todo ahora? Tu padre es el que planeaba los ataques, por tu padre es que estamos aliados con los científicos buenos, ¿Y si cambia todo?
—No lo hará. El pueblo ha aprendido a ver que existen humanos de su lado.
Nos quedamos en silencio y mientras seguía haciendo círculos en su espalda fije mi mirada en su cola neuronal, me quede pensando y sin darme cuenta deje de hacer los círculos en la espalda de Neteyam.
—¡Nala!
Salí de mis pensamientos rápidamente.—¿Qué pasó?
—Tengo hablándote desde hace rato y no me respondías, ¿Qué pasó?
—Neteyam... ¿Cuando te volveré a ver?
—No lo sé...
—Neteyam.— Él se volteo quedando ambos sentados de frente.—¿Y si?— Baje la mirada apenada, esperando que me leyera la mente.—¿Crees que tú y yo podamos... estar juntos de verdad? Habló de ahora...
—¿Quieres decir que...
—Sí.—Lo interrumpí, asintiendo.
—¿En serio quieres hacer eso?
—Sí, pero si no quieres está bien...
—No, yo, si quiero, sólo no quiero que te arrepientas después o...
Calle a Neteyam con un beso en la mejilla.—No me arrepentiré, no hay otra persona además de ti con la que me imaginaria este momento.— Lo mire con una sonrisa en mi rostro.
Neteyam llevo su mano hasta su nunca, tomó su cola neuronal y la llevo hacia frente de él, hice lo mismo. Ambos nos miramos sonriendo, asentimos y comenzamos a acercar nuestras colas neuronales, ambas se juntaron formando el vínculo y la sensación fue increíble, sentí un cosquilleo en todo el cuerpo. Las pupilas de Neteyam se dilataron, cerré los ojos, sintiendo a Neteyam de verdad, su respiración, su fuerza, los latidos de su corazón. Ambos nos miramos y sonreímos por lo lindo del momento. Me acerqué a Neteyam y pose mis labios sobre los suyos, desde ese momento todo se volvió un poco intenso, ambos nos besábamos con intensidad y necesidad, pero yendo de a poco para darnos tiempo de sentir absolutamente todo. Nos separamos unos centímetros, sonreímos y luego separamos nuestras colas neuronales. Neteyam colocó su frente sobre la mía y ambos cerramos los ojos.