Viejos tiempos

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River

Me subo en la parte trasera del auto, ya que en la del acompañante estaba el cuervo.

_River, ¿Cómo andas?._ pregunta amigable y se abrocha a duras penas el cinturón, yo hago lo mismo.

_y ahí andamos._ digo mientras miro por la venta. Cada vez llovía más fuerte._ ¿Y vos, cómo andas?.

_todo bien._ este miro a Boca y le sonrió como con burla y el otro lo mira diciéndole no. Esto ya no me está agradando.

_¿Y salís con alguien ahora?_ pregunta y mira a Boca.

¿Qué quiere hacer?

No estuve con nadie después de terminar con mi Xeneize. Pero él no tiene porqué saber eso. Capaz y él estuvo con varios.

_y salir no_ miro la reacción del xeneize y este aprieta la mandíbula.

_ Aventuras así, tipo nada serio_ sigue el ciclón.

_Si, nada serio. ¿Y vos ya te han enganchado?_ pregunto y este suelta una risa.

_Mal me tienen, pero medio que no me da bola_ confiesa.

_¿Quién te daría bola?_ suelta Boca, él cuál estaba muy callado.

_Dolido._ dice San Lorenzo y el xeneize le da un golpe en la cabeza.

_Deja de hablar tonteras._ le dice entre dientes.

Yo sólo miro medio confundido la pelea.

_Bueno me bajo ya._ Boca se detiene y el ciclón se desabrocha el cinturón.

_¿Aquí? Lo dejo a este y te dejo en tu casa_ le dice Boca rogándole con los ojos.

¿Tanto le molesta estar conmigo?

_pero si yo vivo aq-_ antes de terminar la frase Boca lo empujó afuera del auto y San Lorenzo corrió hasta su casa.

_Tengo nombre, no soy "este"._ reclamo.

_ No me importa_ me responde, mientras cierra la puerta.

Me cruzo a la parte del copiloto casi quebrando en el movimiento mi brazo.

_¿Qué haces?_ pregunta el xeneize confundido.

_Me aburro atrás_ contesto y este rueda los ojos.

_Ponete el cinturón, que está lloviendo y si chocamos..._ advierte.

Intento sacar el cinturón pero no puedo. Siempre decía que lo iba a arreglar, ya que se trababa. Él era el único que podía destrabarlo, yo nunca pude.

Intentaba pero no podía. Boca suspiro y se acercó.

_ A ver_ tira del cinturón hacia un costado, para el otro y lo tira.

Cuando lo abrocha mira para arriba y nos quedamos viendo.

Esos ojos que tantas veces mire pero nunca me cansaría de hacerlo.
Esos hermosos ojos marrones y esos labios de pronto tan apetecibles.

Me acerco un poco, y él se aleja un poco nervioso.

Yo sólo suspiro. Él también quiere, ¿Por qué solo no lo hace?

_¿Cómo está el minino?_ pregunta después de un rato.

_¿Boquita? Bien, pero medio que te extraña._ igual que yo.

Boquita era el gato que él me regaló.
Era un gato el cual habían tirado y lo rescataron. Era muy juguetón, aunque era mío, el gato lo prefería más a Boca. Por eso cuando ya no venía, medio que se entristeció.

BoverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora