me volvés loco

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Boca

Di unas vueltas con el auto por las dudas y me dirijo a la casa de River.

Siento que me tiemblan las manos. Estoy bastante nervioso. ¿Cómo me le voy a insinuar así? Va a pensar que estoy desesperado. Aunque si lo estoy, pero no se tiene que enterar.

Tocó la puerta y un momento después él abre.

_Hola_ sonríe coquetamente y yo trago grueso.

_Hola_ digo bastante bajo.

Él toma mi cintura y me besa, cosa que me dejó bastante sorprendido, trato de seguirle el ritmo.

De pronto empiezo a sentir calor y su agarre en mi cintura quema. Quiero que me empiece a tocar, pero no quiero pedírselo.

Olvidaba lo bien que se sentía estar con él.

Se separamos y ambos respiramos agitadamente.

_¿Querés seguir?_ pregunta mirándome a los ojos. Los suyos estaban completamente negros.

Asiento y le doy un pico.

El sonríe y me alza, haciendo que lo tenga que rodear con mis piernas.

En el transcurso hacia su habitado nos vamos besando.

Me acuesta sobre la cama y se quita la remera. 

Yo lo observó, y si mi respiración ya estaba acelerada que lo vea sin remera empeoró.

Sentía el cuerpo bastante caliente, solo quería tocarlo.

Y lo hice, puse mis brazos alrededor de su cuello y lo atraje hacia mi.

_Me volvés loco._ susurra sobre mis labios.

Él me quita la remera y me acuesto en la cama. Va repartiendo besos húmedos por todo mi cuello. Va bajando hacia mi pecho, aprovecha y muerde unos de mis pezones, lo que hace que suelte un pequeño gemido.

Suelto un suspiro cuando siento su entrepierna junto a mi muslo.

_Dale._ pido en susurro. Ya no aguantaba sus juegos, solo quería que me parta en dos.

Él levanta su cabeza y me mira juguetonamente.

_¿Qué querés?_ pregunta.

_V-vos sabes._ digo cómo puedo.

_No, nose._ responde juguetonamente.

_Cogeme dale._ prácticamente le ruego.

Esas simples palabras bastaron para que su mirada oscura de volviera a un más negra.

_Si me lo pedís así._ me empezó a besar apasionadamente.

Podría decir que olvide lo rico que eran sus labios pero mentiría, nunca te podrías sacar su sabor de la cabeza. Anhelaba tanto volver a probarlos.

Mi pantalón y bóxer volaron por alguna parte del cuarto.

Saco de el cajón un botecito y se puso un poco de su contenido en la mano.

Jadeé cuando sentí sus dedos en mi entrada.

Empezó despacio y luego más fuerte sacándome pequeños gemidos.

Paro y saco de repente los dedos, para luego alinear su miembro en mi entrada.

Solté un gemido cuando estuvo dentro, él hizo soltó un sonido ronco.

Después de un momento él empezó a moverse despacio, de a poco fue aumentando la velocidad, provocando que me muerda la mejilla para no ser tan ruidoso.

BoverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora