El secreto en la piedra

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—Acá tienes pulpo frito y una guarnición de arroz— Jin apuntó las pequeñas viandas que había preparado para un improvisado dia de picnic.

—Es mucha comida Jin— sonrió — Pero amaría probar como quedó ese pulpo frito

—Le dejé un poco a tu mamá en casa antes de salir— Jin siempre tan atento 

—¿Sabe que estamos acá, en la colina de las flores?

—Entre menos sepa menos imágenes mentales se hace— rió  —Ya está muy naturalizada con lo nuestro

—Creo que le preocupa más la economía de la isla— Bada a penas podía hablar con el pulpo frito a medio comer y al igual que Jin tenían las mejillas llenas de comida.

—No digas eso, se preocupa de que todo esto sea consentido y algo bueno para ti

Jin acarició las mejillas de Bada que tenían algo de salsa de ostras para humedecer el pulpo y la quitó con delicadeza. No podía dejar de mirarla, era obvio que estaba más que conectado con ella.

—No me mires asi Jin—  Bada lo interrumpió tapándose la cara

—¿Así como?— le cogió las manos para ver su rostro —Déjame ver tu lindo rostro, tus mejillas suavecitas y apretables— comenzó a tocarlas con más ánimo 

—¿Dices que mis mejillas son regordetas?— Bada hizo pucheros —Es tu culpa por cocinar tan rico 

—Tú cocinas mejor— Jin se tocó las mejillas —¿Ves esta cara? Estoy muy seguro que no es la cara de Jin el que llegó con una mochila y unas zapatillas blancas con tomate aplastado

—Claro que no y tu pelo a crecido un montón

Bada acarició el cabello de Jin el cual estaba bastante largo luciendo muy diferente al chico que había llegado a la isla.

—¿Por que no querías que te mirara como lo hacía? ¿Sabes qué veo cuando te miro a asi?— Jin pensó en lo que diría y buscó las palabras adecuadas en tiempo record —Veo como brillan, unos pequeños destellos que podrian decirme que sientes lo mismo siento por ti — se acomodó en la manta —Te juro que si tuviera algo simbólico que darte ahora mismo— miró a su alrededor y vió una piedrecilla con pintas blancas— Quizás este no sea el regalo más lujoso que haz recibido en su vida pero es honesto, de corazón y ahora le diré a esta piedrita lo que siento por ti y será la única que sabrá el secreto de lo que hay en mi corazón hasta que pueda decírtelo, en el momento correcto.

Jin se acercó la piedra entre sus manos hacia sus labios y le susurró cosas con los ojos cerrados y la besó para luego pasárselo en sus manos. Bada miró la piedrita y se la llevó al oído.

—No te dirá nada, es un secreto que tengo con ella— sonrió

—Pero quiero saber

—¡Todo a su tiempo mujer!— rió 

—¡Todo a su tiempo mujer!— rió 

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AltAmar- Kim SeokJin Completa (✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora