SeokJin, es un joven que ha tenido todo en su vida.
Dinero, autos exclusivos, la mejor colegiatura y la atención total de las chicas por su belleza inigualable pero a sus 30 años lo que más desea es libertad y una vida menos pauteada.
Luego de una...
—Buenas tardes, ¿Hablo con el hostal Tongyeong's Jiyu?— dijo una voz tras la linea.
—Exacto, está hablando con la dueña—Bada sonrió al decirlo en voz alta, lo decía todo el tiempo.
—¿Señorita Kang Bada?— preguntó la persona tras la linea
— Señora Kim Bada— rió—¿Qué necesita?—.
—Necesito reservar una habitación matrimonial para este fin de semana
—Ok ¿Es un viaje de trabajo o vacaciones?— preguntó anotando en la computadora con lentitud ya que aún estaba aprendiendo.
—Recreacional
—¿Solicita algo servicio específico?— Bada miraba el panel de selección de servicios esperando presionar alguno con la flecha.
—Sí, quisiera poder pasar una noche de pasión con la doncella de la isla
—Ah comprendo, le contaron la leyenda— rió melodiosamente —Existe la pequeña posibilidad que la vea porque está muy ocupada esperando a su marido—.
—¿Y quién es ese marido tan cruel que la deja sola?— rió —Voy en camino, ya terminé todas las negociaciones con las otras islas así que tendremos otro hotel para el próximo año— Jin parecía muy emocionado.
—¡Papá, ya vienes, tengo que mostrarme el barco que hice a escala!— el pequeño Min Jin se alzaba contra el teléfono.
—Dile que deje de abrir las cajas de navidad por favor— Jin bufó.
—Las encuentra él solo por la casa, tendrás que mejorar tus escondites— rió —¿Entonces te espero despierta?— Bada dijo coqueta tras la linea.
—Eso no se pregunta— respondió Jin con la misma vibra —He estado fuera casi un mes y vi que había una baja de peces en la isla, sería mejor dejar resuelto eso esta noche ¿No lo crees?—.
—¿No queremos perder nuestro toque cierto?— rió —Entonces buscaré que este pequeño se vaya a dormir y me preocuparé que Jiyu esté profundamente dormida en su cuna para que no haya interrupciones.
—¡Yo los cuido!, ustedes vayan a casa a hacer sus cochinadas— la Sra. Kang alzó la voz para que Jin la escuchara.
—¿Qué cochinadas abuela?— Min Jin alzó la mirada hacia su madre y abuela.
—Nada cariño, guarda tus cosas y ve con la abuela— acarició su cabello con amor. —¿Vente pronto si?
—Nos vemos— lanzó un beso —¡Buenas noches, atuncito!— dijo tras el teléfono.
—¡Buenas noches capitán!— respondió Min Jin mientras guardaba sus cosas.
—Te amo, te espero— Bada sonrió viendo su foto familiar en la pared del hostal tras la recepción.
—Te amo, Sra. Kim Bada— Jin cortó la llamada y miró por la ventana como se atardecía camino a isla.
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