Corazones Rotos

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Casa de los Kim, cena 

El Sr. y la Sra. Kim estaban sentados en la mesa, SeokJin permanecía en silencio viendo su plato mientras las sirvientas colocaba los alimentos en ella con mucho cuidado.

La madre de Jin no podía negar que estaba feliz de tener a su hijo de vuelta pero no le hacía gracia que estuviera sentado ahí como un cuerpo sin alma, eso la colocaba nerviosa. Su cabello largo y su rostro parecían cambiados, era como si no fuera su hijo, pero lo era y estaba de vuelta.

—¿Qué tal el lugar donde te quedaste?— la madre pronunció —Tu padre dice que era una isla algo pintoresca.

Jin se acercó a una de las sirvientas y esta se detuvo junto a su asiento.

—Puedes llevar la cena a mi cuarto por favor— Jin se levantó de su asiento dejando la servilleta de tela que cubría sus piernas sobre la mesa.

—¡SeokJin siéntate!— El Sr. Kim ordenó.

Jin siguió caminando a su habitación si hacer caso a los gritos de su padre, ya no los necesitaba.

—¿Qué es lo que sucede?— la madre de Jin parecía preocupada — ¿Por qué no acabas con este escándalo y le dices la verdad?

—No le diré nada, él solo tiene que casarse y todo estará bien—El Sr. Kim dejó su platillo de lado y bebió vino —¿Quieres que me odie como Seok Jung?

—Seok Jung se alejó de nosotros por otras razones y no te odia— la Sra. Kim acarició el brazo de su esposo con cariño —No nos hace bien estar así, Jinnie no era así ¿Que pasó allá?

—Está enamorado— suspiró el hombro con semblante duro —Se enamoró de una joven de la isla que resulta ser hija de  Kang Yeung

—¿La mujer que cuidaba a Jinnie?— la madre de Jin parecía confundida —¿Crees que ella le haya dicho que viajará allá?

—No, me encargué que esa mujer jamás se acercará a SeokJin desde lo que pasó aquella vez que salieron de casa, creo que solo fue casualidad pero esto entorpece todo lo que he planeado para Jin

—¿No crees que deberías aplazar todo y hablar con Jin?— la mujer parecía preocupada —Acaba de llegar y está muy molesto con todo el mundo.

El Sr. Kim miró a su mujer entendiendo a lo que se refería y comenzó a sentir preocupación haciendo que su corazón se acelerara.Estaba en aprietos reales ya que Wang Yu desea que el trato esté cerrado antes de que finalice el mes.

—Es injusto— la madre de Jin acariciaba su copa —Quizás pueda hablar con él, siempre me escucha

—Te lo agradeceria

—Te lo agradeceria

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Isla Tongyeong 

—¿Lo de siempre Srta. Kang?— el hombre que vendía la verdura miró atento a Bada quien miraba a un punto fijo.

—Sí, lo de siempre— sonrió amable —Pero solo dos porciones de cada uno, solo somos dos en casa— bajó la cabeza para sacar el dinero.

—Que lastima que se haya ido así tan rápido, era un buen cliente SeokJin shi— el hombre hizo aquel comentario con la mejor de las intenciones pero después de casi una semana sin Jin en la isla Bada estaba pronta a caminar por el lugar llorando desolada.

Se despidió del hombre con las bolsas a cuestas y vió a lo lejos a la Sra. Lim haciéndole señas para que fuera al Bazar. Bada caminó como si fuera sonámbula hasta llegar a la puertecilla y ser recibida por la mujer mayor con largo cabello.

—Luces bien— la Sra Lim cogió las bolsas de Bada y la invitó a sentarse a la mesita de siempre con el humo de incienso rodeandolas.

—No ha sido fácil pero me mantengo con la esperanza de que todo saldrá bien

—Bada, cariño, debo advertirte que con los días la cantidad de peces en la isla van descender, lo vi en las cartas, esas agüitas que te di están haciendo resultado y te han mantenido estable emocional y fertilmente pero no será por mucho, pediré a todos los Dioses que conozco que Jin vuelva ¿Ok?—sonrió y le tomó las manos —Te lo prometo—.

Bada miró las manos de la mujer unida a las suyas y suspiró, no entendía por qué la gente ultimamente la gente le hacía promesas tan complejas de cumplir.

—Gracias Sra. Lim, me tengo que ir a casa— se levantó y caminó hacia las bolsas que descansaban en el mueble —¿Le molesta si tomo un chocolate?

—Claro que no, toma los que quieras— sonrió —Nos vemos preciosa, cuidate

Bada salió rumbo a su casa saludando a la gente que se topaba en el camino, se cercioró de que la bolsas estuvieran en buen estado para que no ocurriera algún accidente como el de los tomates cuando Jin llegó a la isla y el solo recuerdo le hizo sentir mucha nostalgia.

Por las tardes Bada había retomado sus actividades con la escuelita, el Sr. Yoon y la Sra. Han sin embargo cada uno de ellos sabía como solventarse solo con las ayudas que Jin les había enseñado y de a poco fue más frecuente que Bada recibiera el comentario de "Bada, puedes ir a casa yo estoy bien"  lo negativo de ello era que indirectamente Bada ocupaba sus actividades rutinarias como la escapatoria de su tristeza por la ausencia de Jin y le hacía enfrentar la emoción de sentirse vacía.

—Bada, saldré a dar una vuelta, ¿Quieres venir?— la Sra Kang interrumpió el descanso de Bada quien figuraba en su cama cubriendo solo sus pies.

—No, estoy bien— Bada sonrió falsamente y miró hacia la ventana.

—Se está poniendo el sol, ¿Seguro que no quieres ir a ver?

—No mamá, estoy bien—  se acomodó hacia el otro costado de la cama dándole la espalda a su madre.

—¿Sabes que podemos hablar de esto cierto?— la Sra. Kang se acercó y tomó asiento en el costado de la cama que estaba libre —No te hace bien guardarte esas emociones— le acarició al espalda —No tengo remedio para un corazón roto pero te diré que no duele para siempre—.

—¿Él volverá cierto?— Bada se giró y miró a su madre a los ojos —Me prometió que volvería

—¿Él volverá cierto?— Bada se giró y miró a su madre a los ojos —Me prometió que volvería

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AltAmar- Kim SeokJin Completa (✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora