Capitulo Treinta y Cuatro

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Busan, Corea del Sur.

Jeon Jungkook.

Toco la puerta esperando por que sea abierta, y en cuestión de segundos se abre. La morena relame sus labios y se abre dejándome el paso libre para entrar.

— Que placer tener aquí, cariño —dice ella con cierto coqueteo.

— No tengo tiempo para tus coqueteos, dime, ¿qué es lo que quieres? —hablo para frenar todo aquello.

— Bueno, lo que quiero es tenerte en mi cama, pero te cohibes mucho —habla con descaro dejando ver su sonrisa juguetona—. Aunque luego de lo que te mostraré estoy muy segura que caerás ante mí.

Ruedo los ojos. No puedo soportar a las mujeres que son tan fáciles, ni siquiera se daba a desear un poco.

Camino hasta la mesa y se sentó en una de las sillas, de igual forma yo la seguí e hice la misma acción tomando asiento en una de las sillas. La morena sonrió y tomó una carpeta, posos sus dedos en ella y la deslizo hasta posicionarse frente a mí.

Observe aquella completamente desconcertado, pero sobre todo curioso. En el tono que me había hablado para pedirme que nos viéramos, sonaba como ansiosa y divertida. Haciendo que despertara la curiosidad en mí y saber el porqué de esta reunión.

— Te traeré un poco de vino —mencionó—. Puedo apostar que lo que hay tendro no te gustará en lo más mínimo.

La observe sin decir nada.

Ella se selavanto para ir a la estantería y servir dos copas de vino, no podía ver mucho de lo que hacía pues se encontraba de espaldas y cualquier movimiento u acción que hiciera yo no lo podía ver.

— ¿Alguna vez has probado lo que vendes? —pregunta aun estando de espaldas. Frunci el ceño ante aquella pregunta.

— ¿De qué hablas?.

Escucho una risita de su parte, y luego voltea para llevar su dedo meñique hasta su boca y luego chupar de este dandome una sonrisa descarada. Toma las copas y me entrega la mía para luego tomar asiento a mi lado.

— Ya sabes, un poco de coca o tal vez Rohypnol —niego y ella ríe nuevamente—, necesitaras algo así para que tu mente procese todo esto.

Tomo la copa para alzarla en forma de brindis y luego la llevo hasta sus labios para tomar de esta. Copie su acción y tome de mi copa.

— Jamás ingeri absolutamente nada desde mi adolescencia —explicó y ella asiente—. Eso fue hace unos dieciséis años, no tengo la motivación para volver a hacerlo.

— Deberías cariño —propuso—. No es tan malo como tu mujer lo dice.

Me encojo de hombros y vuelvo a tomar el líquido bajo su atenta mirada, la morena sonríe y me observa con aquellos ojos tan penetrantes, como si estuviera al tanto de todo lo que hago. Y cuando tomo todo el líquido ella sonríe, sin embargo yo no.

De mi parte sale una mueca, el sabor del vino era extraño, pero no desconocido, es como si antes ya lo hubiese probado. Pero, no encuentro de dónde era proveniente.

Aún así no le tomo importancia en lo más mínimo, solo me relajó dejando caber mi cuerpo en la silla.

— ¿Cuanto confías en Emma, Jungkook? —pronunció ella lentamente, deleitándose con mi nombre.

¿Cuánto confío en Emma?. Demasiado, puedo confiar con los ojos cerrados incluso. Ella es leal, demasiado diria yo, es una de sus encantos que tanto me gustaba.

Ambisiosa Seducción ||Jk® +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora