Capitulo Cuarentena y Dos

390 31 10
                                    


Jeon Jungkook.

Un pequeño reencuentro fue suficiente con la señor Lim. Una charla rápida recordando los buenos tiempos que vivimos cuando yo apenas era un niño, y es que el momento fue nostálgico, pero sobre todo: encantador.

Aunque llegue despues de mi castaña, no me fue suficente como para no presentarla formalmente a una que fue importante en mi vida, y que aun seguia teniendo un espacio en mi frio corazón, le presente a Emma y conté un poco de lo necesario en nuestra vida ahora como pareja; la conocí, me enamore y la tomé.

Nada fuera de lo común.

Salí junto a mi castaña y ambos subimos al deportivo negro que seencintrba estacionado frente a la casa. Fui lo mas atento con ella: le abri la puerta, coloque el cinturon de seguridad por ella, mientras manejaba mi mano nunca se separo de su muslo izquierdo, incluso dejando ligeros apretones en este demostrando que mi actitud hacia ella nunca fue negativa. Sin embargo, ella aun seguía sin hablar directamente conmigo, solo respondía con unos simples "Sí", o con un "Mjm". Eran simples y cortantes lo que me hacia notar su distancia hacua mi y sobre todo lo fria queeran sus respuestas, de hecho no parecía ponerme mucha atención a lo que le decía pues se veía distraída y perdida en sus pensamientos.

Además yo era aún cobarde pues no me atrevía a preguntarle lo que le sucedía ni mucho menos sobre lo que habían hablado o el porqué fue a la residencia de las Lim.

Pero sobre todo mi mente seguía ocupada con aquel suceso que no pude dejar pasar por desapercibido. Y es que aún que quisiera no salía de mi cabeza mucho menos por el como sucedió.

Mientras yo me despedía de la señora Lim, Emma se acercó a Moon. Ambas hablaron algo con discreción pero claramente lo note. Emma susurro algo a la pelinegra y la reacción de esta fue lo que más me causó curiosidad, pues al escucharla Moon fijo con nerviosismo su vista en mí y rápidamente la quito para luego asentir y con el mismo nerviosismo sonreírle.

Joder, ¿qué mierda le dijo?

Podrían ser muchas cosas y a la vez nada. Tal vez Emma estaba cansada de su estadía en la horrible prisión donde pasó dos noches, y yo solo me preocupaba por algo inexistente.

Debía aceptar que aquella frialdad por parte de mi hermosa castaña me lastimaba, sentía como si de pronto aquel amor que sentía por mí se hubiese esfumado tan rápido como puso un pie en prisión. Y es que seguramente aquellos imbéciles le envenenarón el cerebro con problemas irrelevantes, difamando mi nombre con sus sucias bocas. Aunque la actitud que tomo de camino a casa no fue la mejor, la que obtuve en nuestra casa fue sumamente sospechosa y sobre todo extraña.

Y es que si, lo peor fue llegar a casa. Luego se enterarme por la boca de mi Nana sabia que Emma no había comido, así que le pedí a las empeladas que servirán la cena, no seria tan hijo de puta como para dejarla sin comer por tantas horas. Las empeladas no tardaron mucho y a los minutos ambos ya nos encontrábamos en la mesa con los platos de la cena.

Al ver el tan apetecible bufete que habian preparado, no dude en tomar los cubiertos y disfrutar de la cena pues tampoco habia probado bocado en unas cuantas horas. Deleitando mi paladar con lo deliciosa que sabía el estofado, sin embargo, Emma solo provo un bocado y con dificultad logró tragarlo formando una mueca. Desagrado por la comida, como si nunca hubiese devorado aquel estofado en otra ocasión. Al no parecer de su agrado lo siguiente que hizo fue revolver la comida fingiendo que comía, pero en realidad no se llevó ni un solo bocado más a la boca.

— Iré a darme un baño —pronunció débil y en voz baja para levantarse dispuesta a irse.

— Emma —la llamo deteniendo sus pasos, me observa—. Nos haz comido nada, necesito que comas algo cariño.

Ambisiosa Seducción ||Jk® +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora