Ambisiosa Seducción ||Jk® +18

Capitulo Cinco

Emma Bloch.

  Nuevamente me encontraba en un descanso ya que segun nuestro ahora jefe nos pidio ser mas cautelosos tener mayor precisión en cuanto a nuestros movimientos. Teniamos que esperar el momento indicado para atacar, por lo que solo lo molestarian con su trabajo. Supe que le habian quitado algunas de sus mercancías.

  Está noche saldré sola a divertirme, necesitaba dejar de pensar en el operativo y también necesitaba despejarme de todo lo que tuviera que ver con mi vida.

  Entre al bar y pedí un soju, el licor se sentía también en mi garganta que no lleve la cuenta de todas las botellas que tome. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, diez. Ya no sabía mucho de lo que hacía, así que deje el alcohol y fui a un club a divertirme.

  La música retumbó en mis oídos, ver a la gente bailando hizo que me animara mas, me uni a ellos y comencé a bailar. Tal vez ni siquiera estaba bailando tan bien pero yo me sentía en los cielos por qué disfrutaba y el pequeño mareo me hacía disfrutar aún más.

  Y todo sería de maravilla pero un chico me jalo queriéndome llevar a un lugar más privado. No sabía quién era y tampoco estaba en estado de reconocer a alguien mucho menos para lograr defenderme.

  Al estar dentro de este lugar escuchaba más voces pero no sabía y no veía a nadie más, el alcohol era quien me segaba de todo.

—¡Oye!, sueltame... no-s-e quienes son —forceje con el tipo pero su agarre cada vez era más fuerte.

—Guarda silencio hermosa, te prometo que te va a gustar.

Frunci el ceño—. No me toques, si no quieres problemas... será mejor que me dejen en paz.

  Trate de caminar nuevamente e irme pero sentí como dos chicos me tomaron impidiendo que saliera.

—¡Carajo! —me queje—. Me asegurare de que entren a prisión si no me sueltan, idiotas.

  Un golpe en seco se escuchó y cuando logré visualizar el tipo ya estaba en el suelo y los otros estaban siendo agarrados por más hombres.

—Llevatelos —escuche aquella voz.

  Tal vez estaba alucinando, ¿acaso ese era el mismo tipo con el que me acosté hace un tiempo?.

  Unas manos se posaron pero está vez con más delicadeza en mí, toques suaves y delicados se hacian presentes en mis brazos tratando de calmarme.

—¿Estás bien? —pregunta.

Asiento y lo observo.

—Vamos te llevaré a tu casa.

  Una de sus manos de posaron en mi cintura y la otra en mi mano tomándolo cómo apoyó. Caminamos hasta su coche y abrió la puerta del copiloto subí y cerró, tardo unos segundos mientras le decía algo a sus hombres y después volvió conmigo.

—Si no sabes manejar el alcohol, no deberías tomar —soltó molesto.

—¿Eso fue un regaño? —pregunté burlona.

—Sí —afirma con voz rasposa.

Suspiré no tenía ganas de pelear ahora.

—No quiero ir a casa, vamos a la tuya —dije fingiendo una voz chillona tratando que funcionará.

—Está bien —responde esta vez ya más relajado.

  Ninguno volvió a hablar hasta llegar a su casa o más bien el departamento en el que estuve la otra noche.

—No me matarás está vez ¿cierto? —preguntó con burla.

—Depende —sonríe.

—¿De qué?.