(25 de Julio de 1991).
Tres días habían pasado desde que se encontró con Regulus Black, el hombre se había ido del callejón poco después de que ella le revelará que Harry Potter era también un Horrocrux, hasta el momento el hombre no se había puesto en contacto con ella y no sabía si lo haría o no, la verdad esperaba que lo hiciera, necesitaba de él.
Ahora de encontraba en el claro en el cual había conocido a Toothless, en sus manos estaba la nueva cola autónoma del dragón (la había ido a buscar esa misma mañana), que parecía empeñado en no dejar que se la pusiera pues corría de un lado a otro, esto le recordaba vagamente a cuando Hiccup quería ponerle la silla del montar.
—¡Toothless! ¡Ven aquí! ¡Si no vienes aquí juro que no te daré más salmón y solo comerás pequeñas sardinas! ¡Y serán en lata! ¡En lata! ¡¿Oíste?!—
«¡No quiero esa cola! ¡No quiero volar solo! ¡Quiero usar la otra cola con la silla así podremos volar juntos!» El furia nocturna volvió a esquivar a la chica, no quería volver a tener una cola autónoma, quería que Hermione le pusiera la otra cola con la cuál él solo podría volar junto a ella.
La confusión adornó el rostro de la reencarnada que observaba al dragón. —¿Por qué quieres volar conmigo? Toothless, lo mejor sería que pudieras volar por ti mismo, no quiero que estés restringido y atado al suelo, ¿Qué sucederá en los días en los que tú anheles surcar el cielo, pero yo no quiera hacerlo? Tendrás que quedarte atascado en la tierra—
«¡Pero no quiero! ¡Si no voy a volar contigo entonces no quiero hacerlo en absoluto! Si me pones la cola con la que puedo volar por mi cuenta ¡La voy a desruir! ¡Prometo que lo haré!»
Resignada, sabiendo que no podría cambiar los pensamientos del furia nocturna, la castaña guardo en su morral la cola autónoma y luego de rebuscar en el interior de este, saco la otra cola junto a la silla de montar, tan solo esperaba no estarse equivocando al cumplir con las peticiones del dragón.
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¡Se estaba arrepintiendo! ¡Se estaba arrepintiendo mucho!, El furia nocrurna volaba con rapidez y hacía volteretas que en su opinión eran bastante peligrosas, o bueno, lo serían si no tuviera un arnés que estaba unido a la silla de montar, el mismo tenía varios hechizos que evitarían que se rompiera y desgastara, además de que también había uno que impediría que esté se soltara, eso la dejaba un poquito más tranquila, aunque el miedo de caer aún permanecía, no se iría pronto, lo sabía.
Toothless estaba inmensamente feliz de surcar los cielos por primera vez en mucho tiempo, el viento golpeaba sus escamas, la sensación de libertad que le daba la velocidad y por sobre todo, volar acompañado de alguien que lo apreciaba. Su último y único jinete fue Hiccup, cuando murió en él quedó un vacío que no pudo ser llenado por ningún otro vikingo, incluso hubo quienes intentaron domarlo, pero no se dejó, quizás fue su constante rechazo el que hizo que los hijos Hiccup se rindieran con él y se alejaran de Berk junto a los otros vikingos que una vez siguieron fielmente a Hiccup, dejando atrás a todos los dragones que tuvieron que refugiarse en Hidden World, el que ellos se fueran era algo que aún no lograba comprender, ¿Por qué los abandonaron a todos? ¿Por qué dejaron de lado su legado como jinetes? ¿Por qué... Por qué lo dejaron atrás?...
Fue traído de vuelta a la realidad cuando Hermione empezó a reírse, la risa de la chica lo hacía sentirse feliz, porque había sido él quien la causo, fue él quien le trajo aquel breve y efímero momento de alegría, ¿En el futuro podría hacer que ella siguiera siendo feliz? ¿Lo podría lograr?.
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Hermione Granger: Tenebris Equitem
Fantasy«Mi filosofía es que el que teme sufre dos veces.» -Newt Scamander. Los personajes y el universo de Harry Potter no me pertenecen, son propiedad de J.K Rowling. Y Chimuelo (Toothless) es propiedad de Dreamworks.