La fiesta en casa de Sonic

57 5 20
                                    

Habían pasado ya dos meses en los que Max estuvo sola y, para colmo, parecía estar sufriendo bullyng por parte de Shadow. Se había vuelto hostil y malo con ella, en especial en la preparatoria. Le jalaba el pelo, la encerraba en cuartos y la agredía tanto física como verbalmente. Tails y Silver, el mejor amigo de Shadow, eran los que más al tanto estaban de la situación. Solo que, a diferencia del zorro, Silver si conocía los motivos de su mejor amigo.

Max estaba algo confundida, su vecino antes solía ser un poco más... bueno con ella. Pero desde su cumpleaños comenzó con la hostilidad. Los únicos que la defendían eran Sonic y Tails, ya que los demás le tenían miedo al azabache por su fuerza. Sin embargo, no era de mucha ayuda; esto solo enojaba aún más al erizo de vetas rojas y hacía que la eriza de púas plateadas la pasara peor.

- ¡Max! - esta vez, Tails gritó. Hace ya varios intentos que su amiga no reaccionaba. Se había quedado quieta en la banca.

- ¡No me golpees! - respondió con otro grito, y cayó de espaldas al suelo.

- Max, deberías quejarte con el director... esto ya te está haciendo muy mal...

- ¡No, no, no! ¡Eso enojará más a Shadow! ¿Acaso quieres que muera?

Volvió a sentarse en la banca, y miró a la cancha. Su mirada estaba fija en Sonic, él y Tails eran los únicos que tenían el valor de enfrentarse a Shadow, y lo apreciaba.

- ¡Ves! Estás mal. Tienes miedo casi todo el tiempo que estás en la escuela, si tu no te quejas, Sonic y yo lo haremos - argumentó su amigo zorro.

- ¡Basta! No quiero hablar de esto... - balbuceó la eriza.

- Bien... Sonic hará la primer fiesta de primavera en su casa e invitará a todo el curso, ¿tú quieres ir?

- ¿P-pero y si está Shadow?

- Nah, Sonic no va a invitarlo. Y, aunque lo hiciera, él no se presentaría. Pero seguramente esté Silver, creo que es amigo del hermano de Sonic.

- Mmh...

- ¡Hey! Tal vez esto sea lo que necesitas, conocer gente nueva.

- Sí... tal vez. ¿Cuándo es esa fiesta?

- ¡Hoy en la noche!

- ¡¿Hoy en la noche?!

- ¡Sí! Si quieres pasaré por tu casa a las 8 p.m para ir juntos, ¿te parece?

- Bien... creo que voy a tener que buscar en mi armario ropa linda. No, mejor le voy a agarrar ropa prestada a Mirdie, no creo que le moleste. Ella tiene mucha ropa.

- ¡Perfecto! Voy a ir buscar a Sonic, ya terminó el entrenamiento.

- Yo iré al baño.

Ambos omegas se pararon y se dirigieron a sus destinos.

Solo que, como era de esperarse, Max volvió a ser víctima de Shadow, y no había nadie que la defendiera.

- ¡No, espera! ¡Porfavor, no me golpees! - suplicó la eriza, tratando de abrir la puerta del cuarto en el que había sido metida.

- ¡Sh! ¡¿Quieres callarte?! - la tomó del cuello, y la puso contra la pared.

- ... p-porfavor... ha-haré lo que sea, pe-pero déjame...

- ¿Qué tal si... - la soltó, causando que ella soltara un jadeo -. No, no eres lo suficientemente buena para eso. Pídeme perdón.

- ¿Por qué l-lo haría?

- Te dije... - golpeó su abdomen -, ¡Que me pidas perdón!

- P-perdón...

- Bien... eres una tonta.

Las lágrimas comenzaron a salir, no solo por el dolor, sino también por la ira y tristeza. Ira de no poder defenderse de Shadow, y tristeza de no poder ser lo suficientemente valiente como para decirle a alguien. Él tenía razón, era una tonta.

Salió llorando y volvió a encerrarse en uno de los cubículos del baño. Se dejó caer al suelo. ¿Por qué todo tenía que ser así? ¿Por qué Shadow no podía encontrar a alguien más? No, ese mal no se lo deseaba a nadie, era mejor que ella siguiera sufriendo a que alguien más lo sufriera.

Se secó las lágrimas y se lavó la cara. Salió del baño y continuó como si nada, aunque por dentro estaba rota, completamente rota.

[•••]

《¿Qué debería ponerme?》pensó la eriza, urgando en el armario de su hermana. Hasta que, después de mucho buscar, encontró un suéter color crema de su talla. Tenía una falda blanca que iría de maravilla con ese suéter.

Se vistió y se miró en el espejo de su tocador. Estaba... bonita. Tal vez le haga falta un poco de maquilla, sí, pero era innecesario si se sentía bien consigo misma.

Buscó un par de zapatos, probablemente tendría que volver caminando a su casa, así que los tacones no eran buena idea. Encontró unos negros con blanco que combinaban con su ropa, por lo que se los puso.

Ya estaba lista. Solo tomó su bolso, metió su celular y bajó a la cocina a esperar a Tails.

Un rato después, cuando su amigo zorro ya había llegado, le comentó lo bonita que se veía. "Gracias", respondió ella con una sonrisa. Al zorro le gustaba ver sonriendo a su amiga, con todo el tema del bullyng se la notaba algo apagada.

Se dirigieron a la casa de Sonic, la eriza tomaba de la mano a su mejor amigo, él le causaba seguridad.

Cuando llegaron, los recibió un erizo color verde. Tails parecía conocerlo, pero para Max era un completo desconocido. Les dijo que llamaría a Sonic, y que mientras pasaran. Unos minutos después, Sonic llegó y abrazó a ambos.

- ¡Chicos! ¡Qué bueno que estén aquí!

- Hola, Sonic. ¡Es un gusto estar aquí! - dijo animada la eriza.

- ¡Sí! ¡Para mí también es un gusto! - habló Tails, también animado.

En casi un abrir y cerrar de ojos, la chica había quedado sola. Sonic y Tails parecían haber desaparecido entre toda la gente. Rápidamente, buscó una salida al patio. Vió una puerta corredisa que llevaba a fuera y, casi sin pensarlo, salió. Se sentó en piso, algo alejada de toda la gente.

- ¿Qué haces aquí? - preguntó un erizo color verde, el mismo que la había recibido, sentándose a su lado.

- E-eh, y-yo... q-quería alejarme de l-la gente - balbuceó tontamente la chica.

- ¿Cuál es el sentido de venir a una fiesta si vas a mantenerte alejada?

- P-pues... no c-creí que habría ta-tanta gente.

- ¿No te avisaron que vendría todo el curso?

- Sí... pero n-no lo tuve mu-muy en cuenta.

- ¿Por qué balbuceas tanto? ¿Tienes miedo, o algo así?

- E-es que... no p-puedo evitar pensar en a-algo...

- Bien... ven, tendrías que lavarte la cara. Si quieres, puedes hablar conmigo.

La eriza miró sorprendida al chico.

- ¿C-cuál es tu n-nombre? - preguntó Max.

- Manic - respondió el erizo -, ¿y el tuyo?

- Maxine.

- Lindo nombre.

- G-gracias.

- Ven, puedes lavarte la cara en el baño de arriba. Y si quieres, podríamos hablar.

- Sería un gusto, Manic.

- ¡Hey, mira! No haz balbuceado.

Max rió, estaba algo sonrojada.

Esa era su oportunidad de hacer un amigo, Manic parecía buena persona. Tal vez, la fiesta si había tenido algo bueno.

_________________________

Hoy voy a publicar dos veces por puro aburrimiento.

Tus ojos carmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora