Capítulo 10 "La Desgracia De Dumbledore, El Nacimiento De Una Serpiente".

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Hogwarts, Oficina del director. 16 de marzo de 1987.

Albus Dumbledore era un hombre sencillo y un anciano de pocas preocupaciones, a pesar de haber vivido una vida larga y llena de arrepentimientos, estaba bastante satisfecho con su situación actual, era director de Hogwarts, Jefe Brujo del Wizengamot y Jefe Supremo de la ICW (Confederación Internacional de Magos), además era poseedor de una prestigiosa orden de merlín de primera clase, era posiblemente el mago más influyente de Gran Bretaña. Lo único que realmente preocupaba a Dumbledore era la última propuesta de ley en el Wizengamot y estaba de mal humor por ello, pues Arcturus Black se había atrevido a proponer nuevas y fuertes regulaciones a la producción y venta de dulces mágicos y la importación de dulces Muggle, sus queridas píldoras ácidas estaban en peligro. (Al parecer ese es el nombre oficial en español de los famosos sorbetes de limón, o al menos esa es mi hipótesis, pues ese es el único dulce oficial con características similares a los famosos sorbetes de limón del mundo de fanfic de HP, la otra opción es un pastel o pay de limón, pero como que esto no me cuadra del todo). Albus Realmente no entendía a Arcturus, a veces incluso odiaba a Lord Black, no podía comprender como una persona podía ser tan malvada como para cometer tal clase de crímenes contra los inocentes dulces, a veces sospechaba que el Black era incluso más temible y despiadado que el mismísimo Tom Riddle. Sí, Tom Riddle sin duda fue malvado, mató y torturó a cientos de ciudadanos inocentes, pero el señor oscuro nunca se atrevió a tocar sus preciados dulces.

La oficina del director de Hogwarts era un lugar imponente y misterioso, pero, sobre todo, lleno de historia, había grandes estanterías de caoba alineadas con libros gruesos y antiguos pergaminos. El escritorio de Dumbledore, era de acacia y estaba tallado con intrincados patrones con detalles de estrellas fugaces y medias lunas, estaba cubierto de papeles y pergaminos como siempre. Detrás del mueble, se encontraban los retratos de los antiguos directores de Hogwarts reposando en la pared de fondo, mirando con ojos vivos y centelleantes, parecían listos para asesorar o criticar en cualquier momento. Desde el techo colgaban antiguos y extraños cachivaches. La luz del atardecer se filtraba a través de las altas ventanas de vitrales, proveyendo el suelo de tonos suaves y pintorescos. Había una chimenea en la esquina, que rugía llamativamente a consecuencia de las brasas y el fuego que ardía lentamente consumiendo el carbón y las cenizas, la llama emitía un calor reconfortante. Una gran ave de plumaje como el fuego llamado Fawkes, descansaba en su percha dorada cerca de la ventana, observaba con curiosidad el deambular de su viejo amigo por su oficina. El fénix era el familiar del director y su amigo más cercano, el ave era inteligente y parecía comprender a su compañero incluso sin la necesidad de palabras. La majestuosa ave emitió un pequeño trino divertido, parecía estar de acuerdo con el razonamiento del director y su postura contra la nueva ley que en su opinión era ofensiva y atacaba directamente a sus preciados dulces, aunque puede que la opinión del ave de fuego fuera fuertemente influenciada por su adicción a los Diablillos de pimienta.

La relativa paz de la habitación se vio interrumpida por el repentino zumbido de uno de los instrumentos que colgaban del techo de la oficina, era un artilugio en forma de medialuna que parecía haberse vuelto loco. La expresión de Dumbledore se oscureció casi de inmediato, su ceño fruncido tomó por sorpresa a su fénix, quien sabía que algo malo acababa de pasar, no se necesitaron palabras para que Fawkes volara inmediatamente en dirección a su compañero, al iniciar su contacto ambos fueron consumidos por unas poderosas llamas rojizas y desaparecieron, dejando la oficina nuevamente en silencio.

Little Whinging, Surrey. 16 de Marzo de 1987.

El dúo se materializó nuevamente entre llamas en una pequeña colina cercana a Privet Drive, un lugar al que Albus jamás pensó que volvería, al menos no tan pronto en su vida. Era una comunidad muggle con la que estaba familiarizado, sobre todo el número 4, donde sabía que residía Harry Potter. El viejo mago se acercó rápidamente a la casa, pudo sentir de inmediato como las barreras de sangre, que había colocado hace tantos años, estaban debilitadas y casi caídas, eso no estaba planeado de esa manera y era un motivo de preocupación para el anciano, pues solo habían dos razones que podrían explicar la condición actual de las barreras, la primera implicaba la muerte de Harry Potter, el niño que vivió, y la segunda pero no menos probable, implicaría que los Dursley se habían deshecho de él expulsándolo de la propiedad y que el muchacho ya no consideraba Privet Drive como su hogar, sinceramente Albus no sabía cuál era el peor escenario, él era plenamente consciente de que Tom Riddle volvería algún día y estaba preocupado por la situación, ya que aunque le costara admitirlo, ambos escenarios echaban a perder por completo la mayoría de sus planes a futuro. Un Harry muerto implicaría un duro golpe a su reputación y credibilidad, después de todo fue él mismo quien colocó a Harry en ese hogar muggle después del ataque de Voldemort a su familia, y utilizó su autoridad como el Jefe Brujo del Wizengamot para evitar que tal información saliera a la luz.

Harry Potter El Heredero De La Muerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora