Harry Potter El Heredero De La Muerte.

Capítulo 12 "La Guarida De Las Serpientes"

Hogwarts. 31 de Agosto de 1991.

Los de primer año de Slytherin siguieron a una hermosa estudiante peli-castaña que estaba cursando orgullosamente su sexto año. La joven parecía de naturaleza amable y eso se reflejaba en sus profundos ojos cerúleos, que estaban posados en el grupo, denotando extrema atención y un poco de expectación, casi como si fuera una especie de hermana mayor para todos los de primer año de su casa. Su nombre era Gemma Farley y era la prefecta de sexto año de Slytherin. (Oficialmente, se desconoce prácticamente todo sobre esta chica, solo se sabe que fue estudiante de la casa de las serpientes y comenzó sus estudios entre 1985-1987. También se sabe que fue ella quien guió a los Slytherin de la generación de Potter durante su primer año. No hay menciones posteriores ni datos sobre su apariencia y personalidad, por lo que me veo en la necesidad de improvisar en ese aspecto) La chica guió a todos a través de los grupos bulliciosos formados por estudiantes tanto mayores como de las otras casas. Primero, salieron del Gran Comedor con rumbo al vestíbulo de entrada, una vez allí, atravesaron una puerta que pasaba fácilmente desapercibida en el lado derecho de la habitación y bajaron por unas escaleras de mármol hasta llegar a la sección de las puertas delanteras del castillo.

Durante el trayecto, la mayoría de estudiantes menores del grupo, no se mostraron particularmente sorprendidos al ver que la gente pintada en los retratos de las paredes a lo largo de los pasillos, se movía, susurraba y los señalaba al pasar; o cuando Ferley los condujo detrás de las puertas del castillo, hasta dar con un rincón oscuro. Allí se escondía un conjunto de escalones de piedra, que eran difícilmente distinguibles entre las sombras debido al color de la mampostería. Al descender por el último tramo de escaleras, se encontraron en la amplia área abierta correspondiente a las aparentemente interminables mazmorras del castillo. Parecía que Malfoy y otros estudiantes del grupo comenzarían una clase de protesta, o quizás un berrinche debido a su cansancio físico y somnolencia, cuando finalmente se detuvieron en frente de un imponente muro de piedra, que carecía de decoraciones y disimulaba ser solo un punto al azar dentro del resto de las paredes vacías.

—Sangre pura—. Gemma murmuró la contraseña frente a la pared. En respuesta, se formó un estrecho pasillo en forma de arco, las paredes eran de piedra y la iluminación estaba presente en tonos verdosos. Al final del pasaje descansaba una llamativa puerta de madera negra, que tenía lo que parecían ser elegantes e inofensivos adornos, similares a estatuas con forma de varias serpientes de color plata, todos ubicados a los costados de la estructura más oscura. Cada una de estas criaturas estaba esculpida en una pose diferente a cualquier otra, pero todas compartían una característica en común: parecían verdaderas serpientes que cuidaban la entrada con fervor. La puerta se abrió lentamente tan pronto como la prefecta se acercó a ella, revelando así el acceso a la sala común.

Los estudiantes avanzaron lentamente, ingresando uno a uno hasta el medio de la nueva ubicación. Cuando todos los de primer año estaban dentro, la entrada por donde habían llegado volvió a cerrarse. La sala común de Slytherin era larga, semi-subterránea, con los muros y el techo de piedra basta y elegante. Varias lámparas de color verdoso colgaban del techo mediante cadenas de plata. Enfrente de ellos, debajo de la repisa labrada de la chimenea, crepitaba la hoguera, y contra ella se recortaban las siluetas de algunos miembros mayores de la casa, acomodados en elegantes sillones abotonados de color negro y verde oscuro. Había un par de sofás de cuero vacíos, cráneos decorativos y armarios de madera oscura, también podían verse múltiples estatuas de serpientes finamente talladas en cuarzos y esmeraldas, estaban esparcidas uniformemente por la sala. Una de las mesas de madera estaba en el centro, tenía un brillante set de ajedrez mágico labrado en mármol y ónix. Las paredes estaban adornadas con tapices de colores, que aparentemente relataban las aventuras de magos y brujas medievales. El ambiente en la sala era agradable y acogedor, pero también muy frío.