Sé Que Te Amo { Miguel O'hara × Tú} [AU]

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Miguel O'hara

Las juntas eran cada vez más tediosas, necesitaba tener todo en orden antes de siquiera poder tener mi día de descanso, pese a ser el jefe sabía que los tiempos libres eran casi nulos, y por ello me sentía culpable, porque quería destinar mi tiempo a mi hija, y con el nuevo contrato con Osborn no daba pauta para ello.

A veces recibía video llamada de la niñera, qué cuidaba a mi niña, y la ponía frente a la cámara, eso me motivaba, sabía que todo lo que hacía era para ella, para que no tuviera que depender de nadie, aunque sabía que no le daría todo ni la mimaria, simplemente le daría lo necesario.

—Miguel, tienes una llamada, línea 2— Lyla hablo conmigo por el altavoz

—Transfiere— presione el botón de la línea y conteste.

—Hola Miguel, soy Peter— la voz de mi amigo sonó al otro lado

—Peter, estoy ocupado— quería colgar

—Lo sé hombre de negocios, solo llame para saber si irás a la reunión de ex-alumnos— pregunto

—Es mi día libre y lo quiero pasar con mi hija— repetí como casette rayado

—Lo se, pero hace tiempo no nos reunimos todos juntos, será como los viejos, tiempo— trato de animarme

—¿Y que hay de tu hija? ¿Planeas votarla así como así? — estaba algo molesto por su insistencia

—Claro que no, la madre de MJ se ofreció a cuidarla, tal vez podrías pedirle eso también a alguien más, no se a tu hermano— sugirio

—No, al igual que yo, esta ocupado, y no pienso dar mi día con mi hija por una simple fiesta —ya quería colgar

—Ahh esta bien, bueno si cambias de opinión, llámame, adiós amigo— y suspiro

—Adiós Peter— y colgué. La insistencia era la que más me hacia rechazar la oferta.

Claro que quería pasar tiempo con ellos, como en los viejos tiempos, pero ahora tenía una prioridad, qué era mi hija, apenas y podía verla dormir después de llegar a casa, no quería abandonarla, no quería que sintiera la ausencia de ambos padres, quería que ella fuese feliz.

La semana paso en abrir y cerrar de ojos, debido a que mi tiempo fue explotado por Osborn, aunque el contrato se pudo concretar, las juntas y los viajes me hacían creer que no se acabaría.

Y cuando menos me lo espere, llego una temporada de paz, paz que me permitió estar con mi hija casi todas las tardes. Y mañana sería el día de la reunión.

—¿Y bien? ¿Ya pensaste en si ir o no? —Jessica acomodo algunos archivos de la reunión de ese momento

—No lo sé, mi hija querrá dormir tarde, así que dudo que vaya — tome todo lo de mi lugar, y salí de la sala de juntas junto a ella

—Ya veo, si vas, ¿irás con alguien? — su pregunta se me hizo extraña

—¿Se tiene que ir en pareja o algo? — era más un reclamo qué pregunta.