Sé Que Te Amo { Miguel O'hara × Tú} [AU]

~° 23 °~

Las cosas empezaron a ir bien, _____ comenzó llevando algunas maletas a casa de los O'hara, y cuando le dijeron a Gabi, ella estaba más que emocionada por ello.

Miguel no se diga, al principio se sentía nervioso por compartir habitación, pero estaba encantado al mismo, tiempo, podría verla en casa cada vez que ella o el lleguen del trabajo.

_____ _____

Mi mudanza fue para mejor, vendí la mayoría de mis muebles, y con eso pude obtener un buen dinero. Ahora estaba acomodando algunas cosas dentro de casa.

—¿Esta pongo aquí mami? — Gabi me señaló el lugar donde pondría la plantita.

—Si cariño, esta perfecto — y mi niña la puso ahí.

Miguel me dijo que cualquier cambio que quisiera hacer en la casa, se lo dijera, así que solo metí unas cuantas plantas, no era muy grande el cambio.

Así fue relativamente esa semana

—Cuando tenga tiempo, ¿le gustaría que discutamos como quiere llevar la casa? — María dejo una taza de café frente a mi

—¿llevar la casa? — le mire confundida

—Si, tal vez, los menús, la decoración...— yo no respondí — Lo sé, es mucha información rió sutilmente

—Sí mucha, apenas pude acentarme a este cambio, así que quiero... Verlo sobre la marcha— Sonreí, y di un sorbo a mi taza.

—De acuerdo... ¿Quiere cenar algo en especial? Tengo algunos filetes y verduras en el congelador— abrió el refrigerador para decirme lo que había.

—Mmmh  quisiera cocinar algo para ambos— ella me miro fijamente— Oh, lo siento María, sigue con..

—Señorita _____, esta es su casa, no tiene que pedir permiso— me dijo, calmando mi corazón —Le diré lo que hay, y usted decide — sugirió, y empezó a mostrarme lo que había.

María me ayudo, así que la cena estuvo más rápido para cuando mi hombre y mi hija llegaron.

—¡Mami, ya llegue — grito mi solecito

—Ya estamos en casa— y mi amor también dijo.

—Bienvenidos, justo a tiempo, ya esta la cena— dije, sirviendo los platos

—Huele delicioso — mi pequeña se asomo por el borde de la barra, viendo la comida

—Si, huele delicioso — y Miguel llego junto a ella.

—Entonces lávense las mano y vengan a comer— me sentía en paz cuando ambos estaban ahí.

Y así era relativamente mi vida ahora, y la amaba.

•

•

—Entonces, ¿Eso es todo? — le pregunté a Gwen, quien me había llevado a mi oficina unos contratos

—Si señorita, eso sería todo— guardo los documentos

—Okey, te agradezco mucho Gwen — le sonreí y le agradeci