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Amo los domingos, sobretodo porque son mis días libres, no me levanto temprano ni hago mi propia comida, salgo a pasar mi día en mi cafetería favorita, leyendo.

Pero ese domingo en especial, se había convertido en mi favorito.

—Entonces fui con Anna y le pegue una pegatina en su mejilla y ella me puso una en mi cuaderno y fuimos a comer helado— la pequeña hija de Miguel, me contaba su tierna historia, y ambos le poníamos especial atención.

—Muy impresionante amor, cuando sea tu cumpleaños podrás invitar a Anna a la fiesta —Miguel tiernamente limpio su boca embarrada con chocolate.

—Si, _____ también tienes que venir — me miró emocionada, con media mejilla limpia.

—Claro, ¿Cuándo es tu cumpleaños? — y yo termine de limpiar el resto.

—¿Cuándo cumplo años Papi? — se giro a verlo.

—Dentro de 4 días — Me miró sonriendo.

—Increíble, entonces ahí estaré — sonreí, contagiandola y continuó comiendo.

Los tres desayunamos amenamente, hablando, sobretodo Gabi, qué estaba feliz. Pero Miguel no dejaba de verme, me hacia sentir nerviosa, esos ojos entre cafés y rojos, me hacían temblar. Y para distraerme hablaba con su hija, evitando el contacto visual, habría dicho lo mismo del físico.

Al ser una mesa redonda, y que Gabi fuera algo pequeña, le daba total libertar de acariciarme la rodilla, poniéndome aun más nerviosa. Y yo le sonreí, siendo cómplices de nuestros juegos.

—Eso estuvo delicioso— la pequeña Gabi, murmuró sobre el hombro de su papá, a punto de dormirse.

—Me alegra que te gustará Gabi — yo estaba aún lado de ambos, pero iba tomada de la mano de él. Ella abrió sus ojos lentamente, y me miró fijamente.

—_____ cargame— tiernamente me extendió su brazito, en señal.

—¿Eh?

—Gabi... —Miguel parecía que iba a reprenderla

—Esta bien Miguel— me solté de nuestro agarre y le sonreí — Ven, Gabi— abrí mis brazos, en señal de que la tomaría, Miguel me la entrego, y la cargue de la misma forma que el, solo que yo con ambos brazos.

—_____ hueles bien — dijo, restregando su carita en mi hombro, y inhalando para volverse a dormir.

—Parece que se durmió — acaricie su cabeza, y un poco de su espalda.

—Le agradas mucho, ambos te queremos mucho — me envolvió por la cintura, y me pego a él, besando mi frente— Y no te dejaremos ir

Yo sonreí ante ello, y así caminamos por el parque para "Bajar" lo que habíamos comido. Y me puse a pensar en muchas cosas.

Era en que si no me hubiera reencontrado con Miguel, este día hubiera sido muy diferente. Mis relaciones no serían las mismas, y también pensé un poco en el pasado.

Si no hubiera ocurrido aquello, tal vez ahora tendría una familia, o una posibilidad de tener una, pero eso ya no era posible.

Sé Que Te Amo { Miguel O'hara × Tú} [AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora