Sé Que Te Amo { Miguel O'hara × Tú} [AU]

~° 21 °~

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—Tranquilo, sabes que no tengo problema — le dije a Miguel

—Perdona amor, no te lo estaría pidiendo si no fuera una emergencia —contesto al otro lado de la línea

—Descuida, me servirá para platicar de chica a chica— guarde algunas cosas en mi bolso. Sonriendo

—Eres una diosa amor, te lo voy a compensar, te amo— sabía que lo decía en serio, así que me sonroje.

—Luego discutiremos como me lo compensarás, ya debo irme, ten cuidado, ¿Si?— dije con amor.

—Lo tendré, las amo, las veré más tarde—Su voz se oía relajada, me encantaba

—También te amamos, nos vemos amor— y colgué.

Miguel tuvo problemas con sus servidores, así que debía quedarse más tiempo en la oficina como hubiera querido, y Noah no pasaría por él debido a ello, así que me pidió ir por Gabi después de su entrenamiento, yo no tuve ningún problema en aceptar, amaba pasar tiempo con ella, así que más que gustosa, fui por ella.

Llegue a la dirección que Miguel me envió, era un campo, de fútbol, era lindo y ahí pude divisar a la pequeña qué jugaba de lo más feliz junto a las que supuse eran sus amigas.

Salude a su entrenadora y ella hizo sonar su silbato, diciendo que su entrenamiento había terminado. Gabi iba contenta con sus amigas hacia donde estaba su toalla y su botella de agua, cuando finalmente se seco y me miro, sus ojitos se iluminaron y corrió hacia mi.

—¡Mami! — yo me hinque para recibirla con una gran abrazo

—¡Hola cariño! Te extrañé mucho— estrelló su cuerpo contra el mio en un fuerte abrazo

—Yo también te extrañe mucho — lleno mi mejilla de sus besitos

Le ayude con su toalla a secar su sudor, mientras ella me platicaba de su práctica, diciéndome sobre su próximo juego.

—Bien cariño, hay que ir a casa— me levante y ella fue por su mochila. Yendo hacia el auto.

—Entonces patee la pelota, e hizo una curva alta, y cuando llego al suelo Susan la tomo y anoto Gol— me contaba emocionada desde el asiento trasero.

—¡Eso es asombroso amor! — conteste con la misma emoción. Deteniendonos en un semáforo, viendo a lo lejos un restaurante.

—Mami ya me dio hambre —mi pequeña sobo su pancita.

—¿Te parece que te prepare algo amor? — dije, después de haber visto el restaurante

—¡Sí! — dijo emocionada.

—Bien, vamos al mercado, compraremos lo que hace falta, ¿esta bien? — conduje al mercado

—Sipi— sonrió.

Esto era nuevo para mi, pero al mismo tiempo familiar, era nuevo, porque siempre quise hacer esto con alguno de mis hijos, y Gabi estaba cumpliendo de alguna forma, reconfortando mi corazón, y nuevo porque era la primera vez así.

—¿A ti y a papá les gusta el spaguetti? — dije, tomando una bolsa con la pasta.

—Sí y a papá le gusta las empanadas — me confesó.

—Okey, les haré un rico spaguetti, y después comeremos unas ricas empanadas, ¿te parece? — Sonreí sugerente

—¡Sí, me gusta! — y emocionada, me acompaño todo el recorrido feliz,