La pizarra blanca seguía inalterable. Pensé durante horas otra posible causa sin llegar a ningún resultado. Luego de un tiempo sin poder avanzar, comencé a imaginar tonterías. Justo cuando comenzaba a quedarme dormido, el sonido del teléfono me alertó.
No tenía registrado el número, una condición obligatoria para aceptar llamadas, por lo que dejé el teléfono sobre el escritorio y me dispuse a dirigirme a la cocina antes de que mi estómago rugiera por comida.
El teléfono volvió a sonar y de pronto recordé lo que me había dicho el profesor sobre el aniversario del descubrimiento de mis padres. Tomé el teléfono, rechacé la llamada y antes de encontrar el número del que había sido mi tutor y ahora era mi conexión con el resto del mundo, recibí una nueva alerta de llamada entrante, esta vez proveniente de la persona a quien quería contactar: Rally
- Buenos días, niñito. – saludó con su tono de voz efusivo.
- Hola, estaba a punto de llamarte.
- ¡Sí, claro! - se quejó - Nunca me llamas a menos que tu culo se encuentre en problemas.
- No es cierto, te llamo siempre. – expresé sintiendo nostalgia por volverlo a escuchar
El hombre al otro lado de la línea rio y luego dijo con pesar:
- Hay varias entrevistas, lo lamento.
- ¿Varias son más de tres? – interrogué con temor.
- Varias son más de ocho.
- ¿Ocho? ¿Por qué tantas? El año pasado fueron solamente dos. – me queje intentando no mostrarme tan sorprendido.
- No lo sé... tal vez se deba a que ayer, tu nombre estuvo en boca de todos por un misterioso incidente en la facultad nacional. ¿Qué ocurrió, criatura?
Puse el teléfono en alta voz mientras corría a la otra esquina del laboratorio hacia la computadora más cercana. No tuve que indagar mucho para ver la noticia en un portal informativo y no tan informativo, más dedicado a la prensa rosa o amarilla.
- ¿Sigues ahí? – pregunto Rally.
- Aquí sigo... – mencione sin poder evitar sentirme abatido.
- No te deprimas... la publicidad es buena, solo tenemos que redirigirla. Recuerda que tu objetivo principal es mantener visible el trabajo de tus padres.
Mantener vigente el nombre de mis padres era mi actividad principal, no podía quejarme de la atención de la prensa. Sabía que la exposición los protegía.
- Lo sé, Rally. Lamento que no se enfoque en lo realmente importante. – me disculpé.
- Estoy seguro que podrás manejarlo. ¿verdad?
- Si, lo haré. – pronuncié un poco más confiado.
- Bien... eres un buen chico.
Rally permaneció en silencio unos minutos y luego dijo:
- ¿Leíste el comunicado que presentó la familia de la estudiante involucrada?
- ¿Comunicado? – repetí.
Volví sobre la noticia y efectivamente hallé el comunicado de prensa que la familia de Agatha presentó. Antes de que comenzara a leerlo escuche a Rally diciendo:
- Pasaré por ti en una hora. La primera entrevista está programada para las nueve de la mañana. Además hay una persona que regularmente llama para entrevistarse contigo. ¿Qué le digo?
- ¿Es la misma persona que te ha llamado por meses? – pregunte algo irritado.
- Si – respondió Rally.
- Rechaza amablemente todos los pedidos, Rally. No quiero desconocidos cerca de mí.
- Lo sé, criatura, pero esta persona ha hecho generosos donativos en nombre tuyo y en nombre de tus padres. Me avergüenzo cada vez que debo rechazar sus pedidos.
- ¿Rally sabes cómo se le llama a esa clase de personas? – pregunté molesto.
- No. ¿Cómo se les llama?
- Acosadores. – espeté – La fundación de mi padre financia muchos proyectos sociales, no necesitamos más benefactores. Esa persona solo quiere llamar la atención y los "buscadores de atención" son muy peligrosos. Bloquea todo contacto después de enviarle un agradecimiento por sus donaciones, si es posible envíale un arreglo de flores, no quiero que se sienta rechazado o resentido, pero dile que soy asocial, que estoy enfermo o que soy alérgico a las personas, no sé... pero asegúrate que cese su accionar.
- De acuerdo, criatura. ¿Necesitas algo más?
- ¿Podrías recontratar a los guardaespaldas que despedí?
- ¿Guardaespaldas? – repitió Rally sorprendido - ¿Es por lo de la facultad?
No le respondí
- No te preocupes, criatura. Hoy mismo te busco otros guardaespaldas. Los antiguos fueron contratados por otras familias, tal como lo pediste en ese momento.
Lo había olvidado, me despedí de ellos procurando que sus ingresos no se vieran afectados por mi capricho.
- En ese caso, tómate una semana para encontrar a alguien con experiencia y recomendaciones. Necesito a alguien en quien confiar.
- Yo me ocupo – me tranquilizó. - Nos vemos en una hora.
Colgué el teléfono y comencé a leer el comunicado de la familia de Agatha.
"Somos la familia Vanedras, y queremos pedir de manera pública una disculpa a los directivos de la Universidad Nacional, especialmente al Dr. Arana y al joven Lamas French. El día de ayer se produjo un incidente en las instalaciones de la Facultad de Medicina que involucró a nuestra hija mayor y al joven Lamas. Aceptamos la culpa de lo sucedido y le hacemos saber a quien se encuentre interesado, que el problema se debió a un mal uso de los inhibidores que alteró el accionar de nuestra hija. En breve, nos contactaremos con el joven Lamas para expresar nuestras disculpas personales. Actualmente nuestra hija se encuentra reflexionando sobre los hechos ocurridos en un lugar donde esperamos encuentre la sanación. Agradecemos la preocupación de todos y en nombre del joven Lamas, haremos un donativo a la fundación Lamas e instamos a toda la sociedad que apoye el trabajo de los doctores Lamas y French".
Otro donativo... Los ricos no tienen imaginación. Deberían gastar su dinero en estudios porque ese comunicado de prensa es nefasto o al menos deberían contratar a alguien que lo haga por ellos. Me detuve a ver los comentarios y todos eran similares: lluvia de críticas a la familia Vanedras.
Me sentí mal por Agatha, pero estaba seguro que la explicación de la familia sobre los hechos ocurridos no era cierta, era tan falsa que ni siquiera me moleste en escribirla en mi pizarra. Había escuchado la edad de Agatha: 20 años. Era joven, pero no tanto como equivocarse con los inhibidores; hacía años que había comenzado a usarlos, había algo más detrás de todo esto. Me molesto que inventaran una excusa tan débil, sobre todo cuando podían suponer que mis padres y yo mismo somos expertos en el tema.
Seguí pensando en el tema pero pronto recordé que pasarían por mi y corrí a mi habitación sin olvidarme del señor cachetes, aun seguía en pijama.
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CORONA DE SANGRE (Parte 1: "Sin Omega")
RomanceMis padres cortaron el lazo con la hoja de una cuchilla, pero hay alguien detrás de mí. ¿Será el indicado?