37. Creo que te amo.

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Conocí a Maurice Slapkiss, mientras cursaba los primeros años de mis estudios medios.

Maurice era un alumno excepcional, sus calificaciones eran las mejores de su clase. Nuestros caminos se cruzaron durante un concurso de matemática al cual ambos concurrimos en representación de nuestros respectivos grados.

Maurice era mayor que yo y su buena apariencia y distinguida familia, le habían forjado una gran reputación en esa institución académica.

En el concurso fue derrotado por mí y cuando se aproximó, para estrechar mi mano, dijo:

- ¡Ha sido un honor perder contra ti!

Después de eso, nos saludábamos cordialmente en los pasillos y nos encontrábamos siempre en la biblioteca. Con el tiempo, fui familiarizándome con él, hasta el punto que lo reconocí como un amigo.

Creí que había encontrado, al fin, a alguien con quien compartir una amistad.

Comenzamos a compartir más tiempo, durante los recesos comíamos juntos y cuando yo no debía viajar con mis padres, salíamos a pasear como verdaderos amigos.

Maurice era divertido y elocuente. Cuando lo escuchaba dar sus discursos, sentía que su futuro iba a estar lleno de éxito y prosperidad.

Pero todo eso era una fachada.

Maurice no estudiaba, su padre pagaba a la escuela por el primer lugar de la clase y ese solo era el comienzo. La popularidad de Maurice se cimentaba en las reuniones que realizaba en su casa, reuniones que rayaban la perversidad.

Yo estaba tan absorto en mis estudios y en la vida pública que llevaban mis padres, que jamás noté sus actividades, hasta que un día, descubrí de la forma más pueril, su verdadero rostro. Habría vivido ciego y hoy Maurice sería una parte importante de mi vida, si cierto acontecimiento no hubiera sucedido.

Durante los exámenes, los profesores retenían el teléfono de todos sus alumnos. Ese día, yo fui uno de los primeros en terminar el parcial y cuando fui a reclamar mi teléfono, obtuve el de un compañero en lugar del mío.

Yo no noté la diferencia y mientras me dirigía al bufet de la institución, a la espera de Maurice, recibí un mensaje.

Se trataba de una invitación a la casa de Maurice. La celebración se realizaría esa misma noche. Supuse que se trataba de un festejo por el fin de los exámenes, pero luego de devolver el teléfono, me pregunté por qué Maurice no dijo nada respecto de la fiesta, cuando nos encontramos para almorzar.

Se despidió y sembró una semilla de curiosidad en mi mente.

Algo me decía que no debía presentarme allí, pero ignoré esa voz de mi cabeza y conduje hacia su casa.

Caminé hacia la entrada, un tanto nervioso, pero también ansioso; cuando de pronto, una joven me detuvo antes llegar:

- ¡Shao Lamas French! ¿Qué haces aquí?

- Es una fiesta, mi amigo la organiza. – le dije esperando que no me descubriera.

- ¿Quién es tu amigo? – preguntó la chica de cabellos dorados.

- Maurice...

- ¿Maurice Slapkiss? – rio la joven.

- ¿Qué es tan gracioso?

- Maurice no es amigo de nadie.

Debí prestar atención al rencor que se escondía detrás de esas palabras, pero no lo vi.

CORONA DE SANGRE (Parte 1: "Sin Omega")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora