22. Un día con mis suegros.

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Finalmente llegamos a una residencia escondida entre los árboles del bosque. Era una magnífica edificación de dos pisos con un gran ventanal delantero, similar al de mi propia casa.

Camil estacionó el vehículo y esperó.

- ¿Qué ocurre? – le pregunté.

- Tus guardias revisarán el lugar y cuando lo encuentren seguro, descenderemos.

- De acuerdo.

- ¿Estás nervioso? – exclamó señalando la casa.

- ¿Yo? ¿Nervioso? ¡Claro que no! Te dije que será como una prueba. – Le dije riendo.

Camil se liberó del cinturón de seguridad e inclinó su cuerpo hacia mí, haciéndome golpear la parte posterior de la cabeza con el vidrio de la ventanilla, cuando intenté alejarme.

- Deja de decir eso... es ofensivo. Actúa como si ellos realmente fueran tus suegros, finge que debes ganarte su cariño y piensa que está será la única vez que conocerás a los padres de tu pareja. – pronunció clavando sus oscuros ojos en mí.

Mi corazón se aceleró ante la cercanía.



Al cabo de unos segundos, Camil me liberó del cinturón de seguridad y salió del auto.'

Vi como caminaba hacia la puerta del copiloto y pude tomar un poco de aire, esta situación me estaba desesperando. El comportamiento del alfa me confundía completamente.

Sentí como se abría la puerta a mi lado lentamente y vi la mano de Camil extendida hacia mí, sus labios mostraban una sonrisa nerviosa pero confiada.

Tome su mano y lo seguí.

Conforme avanzaba, me invadió un terrible nerviosismo. Toda esa arrogancia que le había mostrado al alfa desapareció y me sentí en peligro.

La puerta principal estaba abierta de par en par. Había olor a cedro en el aire y una calidez acogedora.

Cruzamos un gran salón de mármol y al llegar al siguiente espacio de la casa, pude ver dos figuras paradas en medio del lugar.

Tragué saliva y aminoré mi paso. Camil se volvió hacia mí y me sonrió, infundiéndome valor al estrechar nuestras manos.

Cuando llegamos a la altura de la pareja supe que había cometido un gravísimo error. Esa voz que me atormentaba a diario regresó y me dio un fuerte sacudón.


¿Por qué razón no preguntaste por la pareja? ¿Cuáles son los gustos de la madre? ¿Le gusta la música clásica o folclórica o la música contemporánea? ¡Faltan los obsequios para sus padres!


Mis manos estaban vacías, ni siquiera había recordado que al llegar a la casa de alguien debía presentarme con un presente para los anfitriones. Quería salir corriendo de allí. Sin embargo lo que ocurrió a continuación me desequilibró mentalmente.

La mujer vestía un largo vestido color bordó con algunas flores plateadas bordadas. Sus manos estaban adornadas por varios anillos dorados, pero el collar que lucía en el cuello resaltó por sobre todo lo demás: una enorme piedra rojiza adornaba la pieza finamente esculpida.

El hombre que la acompañaba iba vestido de traje negro y corbata. Su expresión era seria pero había tanta sabiduría en sus ojos, que por un momento me sentí intimidado.

CORONA DE SANGRE (Parte 1: "Sin Omega")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora