Rally no llegó solo, además de su chofer lo acompañaba una pareja conformada por un hombre alto y robusto; y una mujer ligeramente más baja.
Rally los presentó como una pareja que llevaba casada cinco años y que se dedicaban a trasladar a personas ofreciendo seguridad en eventos masivos. Rally los conocía bien y confiaba en ellos, ya que en el pasado habían trabajado para mis padres.
Justo cuando comenzaba a ilusionarme con ellos como mis guardaespaldas, Rally, me advirtió que solo me cuidarían por ese único día, ya que su propia empresa de seguridad los requería y no tenían disponibilidad horaria para un nuevo cliente.
- ¡Es un placer conocerlo al fin, joven Lamas! – dijo la mujer con una sonrisa y una leve inclinación de cabeza.
- Lamento haber interrumpido su trabajo. – me disculpe sinceramente, esperando no ser una carga para ellos.
- No se preocupe, adoramos a sus padres por lo que es un placer trabajar con usted. – expresó la mujer, extendiendo su mano hacia mí.
Yo le devolví el saludo y me concentré en el hombre que la acompañaba, quien hasta el momento se había mantenido quieto y en silencio. La mujer miró a su esposo, se notó extrañada frente a su actitud y levemente tiró de su puño para que se pronunciara, mientras mi mano seguía extendida en el aire.
- Buenos días – tartamudeó el hombre sin tocarme.
La mujer volvió a fijarse en él, pero Rally nos interrumpió:
- ¡Llegaremos tarde!
Subimos al vehículo, me acomodé en el asiento junto a Rally y frente a nosotros se sentaron ellos. La mujer hablaba animadamente sobre una ocasión en la que ambos escoltaron a una celebridad extranjera que visitó el país.
Contrario a lo que hubiese creído, la mujer no omitió detalles sobre la actitud del famoso, deteniéndose en su manera de comer, vestir o hablar, algo que me instó a guardar silencio sobre mi propia vida.
Mientras que la mujer no se cansaba de hablar, la actitud de su esposo era completamente opuesta hasta el punto que apenas me percaté de la presencia del hombre a su lado, que se mantuvo inmóvil y en silencio.
Las entrevistas se llevarían a cabo en una de las habitaciones del hotel Imperial, me dijo Rally.
- Ocuparemos una habitación extra para que puedas cambiarte y arreglarte. – detalló mirando la pantalla de su teléfono.
- De acuerdo. – le dije un poco abatido.
- Solo será un día, por favor sonríe. – pidió despeinando mi cabello.
- Lo haré.
Un mensaje hizo brillar la pantalla de mi teléfono:
"Recuerda lo que hablamos hoy: Redirige la atención"
Era un mensaje de Rally, quien no se atrevió a hablar frente a la indiscreta mujer.
"No te preocupes". Escribí y envié.
Cuando llegamos, Rally se bajó frente al hotel, argumentando que debía arreglar algunas cosas, mientras que el chofer condujo el vehículo hacia la entrada trasera.
Nos detuvimos en el estacionamiento y la primera en descender fue la mujer:
- Revisaré el perímetro. Regreso pronto. – dijo cerrando la puerta a sus espaldas.
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CORONA DE SANGRE (Parte 1: "Sin Omega")
Storie d'amoreMis padres cortaron el lazo con la hoja de una cuchilla, pero hay alguien detrás de mí. ¿Será el indicado?