23. El muelle.

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Esperé esa llamada más tiempo del que me gustaría admitir y finalmente a las dos de la tarde, el teléfono sonó.

- Criatura. ¡Cuéntamelo todo!

- Hola, Rally. ¿Cómo estás? – pregunté resignado.

- Te oyes triste ¿Qué pasó?

- ¿Yo, triste? No estoy triste.

- ¿Tus suegros no te recibieron? – Insistió Rally.

- ¡Eso no sucedió! Ellos me amaron.

- ¡¿De verdad?!- preguntó sorprendido.

- Sí, incluso lloraron al escuchar mi interpretación con el arpa. - Rememoré con cierto orgullo.

- ¿Tocaste el arpa?

Aún recordaba que quién le había dado esa información a Camil fue Rally.

- Tú fuiste quién le dijo sobre el arpa ¿Verdad?

- Le dije que tocas el arpa, pero le sugerí que te acercara una flauta, el instrumento que mejor tocas.

- Trajo un arpa - enfaticé molesto.

- ¡Ya veo! – rio – Ese hombre te llevará por el camino más difícil.

- ¡Es tu culpa! Me entregaste como pavo en navidad.- le reproché.

- Así no es el dicho y no te entregué, solo le di un empujoncito. El hombre estaba desesperado, quería que todo saliera perfectamente. Habló conmigo más de nueve veces, preguntando todo tipo de cosas.

- ¡¿Qué le dijiste?!

- Tranquilo, criatura.- me calmó Rally - Solo le dije sobre los instrumentos de música y por tu preferencia por algunas comidas.

- ¿Comidas?

- Sí, me preguntó qué platos te gusta comer.

De pronto, Rally hizo silencio y suspiró profusamente.

- Ambos deberían establecer algún tipo de comunicación. Es tu pareja y no sabe nada de ti. Una relación debe tener otras aristas además de la física, el sexo es importante pero...

- ¡¿Qué dices, Rally?! - Lo interrumpí al instante.

- No trates de engañarme, criatura. Soy un viejo con mucha experiencia. He oído rumores en cierto hospital.

- ¿Qué rumores? ¿De quién?

- Alguien ha mencionado algo sobre tu nuevo aroma.

- ¡No lo creo! – repetí en voz alta.

- Escuché que no te dejan salir de la cama. ¿Seré abuelo pronto?

- Rally no creas todo lo que se dice.

Unas frías gotas de sudor bajaban por mi espalda e incrementaron mis nervios.

- Tu hombre escaló hasta el primer puesto de "los más codiciados del país" y no precisamente por su bello rostro.

- ¿A qué te refieres? Camil es atractivo.

- Lo es... pero esa cualidad se ve a simple vista, en cambio tu aroma develó algo más oculto...

- ¿Qué cosa?

- ¡Su potencia sexual! – rio a carcajadas.

Me sentí incómodo, hablar de esos temas con Rally no era propio de mí, ni de Rally ni de nadie que me conociera.

CORONA DE SANGRE (Parte 1: "Sin Omega")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora