Mar🌷Hace dos días que no sé nada del Austin.
Ni el jueves ni el viernes fue a la universidad y lo poco que pude saber por el Daniel es que no estaba muy bien.
Y me estoy preocupando.
Sé que no nos conocemos hace tanto tiempo, pero lo poco que hemos compartido me ha hecho sentir bien y sé que es una buena persona.
Así que después de haberle casi rogado a la Sofi porque se consiguiera su dirección con el Dani, estoy a solo unas cuadras de su casa.
Pero antes le envié un mensaje diciendo que iría, no quiero llegar de sorpresa ni que le desagrade verme ahí. Además estoy tan nerviosa que siento que mi corazón se va a salir de mi pecho.
La Mila está a mi lado manejando mientras que el Mati está en el asiento de atrás. Ella se ofreció a traerme ya que el Mati tiene un cumpleaños y quedaba a la pasada.
Le tuve que explicar que era un amigo del Dani y que solo nos juntariamos a ver películas junto a la Sofi y el Daniel.
Ni idea si se lo creyó pero ni ahí.
—Gracias, Mili — le tiro un besito al aire una vez que llegamos —, chau Mati, que la pasi bacán — sonrío.
El Mati me hace una seña con la manito y antes de salir del auto la Mila me detiene.
—No te creo para nada lo que me dijiste pero... cualquier cosa me llamas — me entrga una sonrisa cálida.
Se me escapa una sonrisa que intento ocultar:—Adiós — salgo del auto.
Dejo salir un suspiro y agito mis manos antes de subir el escalón y tocar la puerta.
Una señora bajita abre y me entrega una sonrisa.
—Ah-ah — intento hablar —. Hola, um, soy Mar, una amiga del Austin. Disculpe por venir así de la nada, solo quería saber si es que ¿él está aquí? — miro mis zapatos y luego subo la mirada.
La señora me sonríe nuevamente:—Hola, cariño — abre por completo la puerta —, pasa.
Entro en la casa he intento calmar mi respiración mientras sigo a la señora hasta llegar al living.
—Siéntate, querida — apunta el sillón —. El Austin se está bañando, debería bajar ya luego.
Yo asiento.
—¿Quieres algo? Te puedo ofrecer jugo, agua, bebida...
—No se preocupe — sonrío —, estoy bien.
Miro disimuladamente alrededor de la casa, distingo que en sí es muy acogedora y silenciosa.
—Yo soy la abuela del Austin — dice ella —. ¿Cómo lo conociste? — pregunta amablemente.
—Un gusto conocerla — sonrío —. Nos conocimos por el Daniel, mi mejor amiga pololea con él así que coincidimos un par de veces en la universidad y nos llevamos bien.
Ella asiente e intenta hablar pero es interrumpida por un perrito que corre por el pasillo.
Se acerca a mí y me huele completamente.
Yo sonrío:—Hola, cariño — hablo suavemente y acaricio su cabecita.
—Abuelaaa — escucho la voz de Austin por el pasillo —. Tengo hambre — dice llegando a donde estamos.
Lleva un buzo, un poleron y calcetines puestos; pasa la toalla por su pelo secándolo.
Me paro del sillón tan rápido que se me cae el celular que tenía en mis piernas, haciendo que ambas personas miren a mi dirección.
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Cuando dejemos de sentir miedo
Romance¿Enamorarte de la mina que encontraste llorando porque no la dejaron tomar un ramo? chilensis, borrador [2023]