AustinTermino de envolver el CD y lo meto cuidadosamente a mi mochila antes de hacerle cariño al Doki y bajar a despedirme de mi abuela.
Cuando salgo de la casa y me subo al auto, siento el nerviosismo en el cuerpo y un pequeño escalofrío me recorrea espalda.
Es ahora o nunca.
Prendo la radio y conecto mi celular para luego poner música aleatorio.
Tarareo algunas canciones mientras manejo a la casa de la Mar y una vez que estoy cerca, me estaciono y paro el motor del auto pero no salgo.
Me quedo como dos minutos antes de tomar mi mochila y salir del auto para caminar hacia la puerta y tocar.
La puerta se abre y la Mila me sonríe:—Hola, Austin. Pasa.
Yo sonrío:—¿Cómo estai, Mila? — pregunto caminando al living.
—Bien y, ¿tú?
—Bien — sonrío.
—Qué bueno — asiente —. La Mar no ha llegado aún... hoy fue al cementerio, pero hace poquito me dijo que ya venía de vuelta porque tú vendrias.
Asiento:—¿Está bien? — pregunto.
La Mila me mira unos segundos antes de hablar:—Cuando la tía partió fue algo que nos destrozó a todos — me da una sonrisa triste —, sobre todo a la Mar. Pero ella es fuerte y sé que tú también las has ayudado a que ella salga adelante, así que gracias por cuidarla y quererla.
Sonrío inmediatamente ante sus palabras:—La Mar es maravillosa, Mili — confieso —. Y una de las mejores cosas que me ha pasado en el vida.
Ella sonríe tiernamente:—Erí un buen cabro, Austin — dice.
Con la Mila seguimos halando unos minutos, hasta que la puerta de la casa se abre, mostrando la carita de la Mar.
Sus ojos caen sobre los míos y me sonríe:—Hola — nos dice y sonríe tiernamente y yo me acerco a abrazarla.
La Mila la saluda con un besito en la cabeza y luego nos deja solitos unos minutos.
—¿Cómo estai, corazón? — pregunto acariciando su pelito.
Sus ojitos me miran y puedo descifrar que algo de penita:—Tengo penita — confirma —, pero me siento mejor.
Beso su frente y luego dejo un besito corto en sus labios:—Estoy muy orgulloso de tí.
Una sonrisa triste se posa en sus labios, haciendo que su hoyuelo se marque en su mejilla.
—Y yo de tí — dice con sus ojitos brillantes, haciendo que mi corazón bombee como loco.
Te amo.
—Corazón — le digo —. Tengo que hablar algo contigo — siento que se tensa así que aclaro antes que se malinterprete —. Es sobre mi mamá.
🌷🌷🌷
Mar🌷
El Austin y yo caminamos de la mano por el parque hasta llegar a un arbolito y sentarnos bajo de este.
Mis piernas pasan por encima de las de él y me apoyo en su hombro mientras su espalda se apoya en el tronco del árbol.
Ninguno de los dos quiso hablar durante el camino hasta acá, pero no fue incómodo.
Miro los ojitos del Austin y subo mi mano para acariciar su nuca.
—¿Qué pasó, mi bonito? — digo preocupada.
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Cuando dejemos de sentir miedo
Romance¿Enamorarte de la mina que encontraste llorando porque no la dejaron tomar un ramo? chilensis, borrador [2023]