capítulo 26🌷

109 16 7
                                    


Mar🌷

2 semanas después.

La Sofi se sienta en el sillón y me entrega el vaso con helado que me acaba de servir.

Desde que supo todo lo que había pasado con el Austin, se ha encargado de estar conmigo y de mantener mi mente ocupada. Veo el esfuerzo que hace mi mejor amiga, y sé lo agradezco con todo mi alma.

Pero por más que intento no pensar en él, pero cada vez me duele más.

Como si me hubieran arrancando algo del pecho.

Y lo peor de todo es fui yo misma la que nos hice esto.

—¿Qué película vemos? — pregunta la Sofi.

Me encojo de hombros:—No sep — como un poco de helado —. ¿Mean Girls?

La Sofi asiente para luego darle play a la película, pero por más que intento concentrarme en la pantalla y en mi mejor amiga, mi mente se desvía hacia las palabras de la mamá del Austin y porqué eligió tener esas actitudes.

🌷🌷🌷

Ahora mismo estoy en la playita, caminando por la arena intentando despejar mi mente.

Tenía que salir de la casa, porque cada rincón de ella me recuerda a él.

El Mati salió con el Gabriel y la Mila aprovechó de ir con ellos. Y saber que hay un gran avance en la relación que están entablando me llena el corazoncito, porque puedo ver como al Mati se le ilumina la carita cada vez que ve a su padre. Porque a pesar de nunca haber estado, el Gabriel se está encargando de recompensarlo y lo está haciendo bien.

Camino hacia uno de los asientos que hay para poder sentarme a mirar el mar, porque por ahora es lo único que me logra calmar la mente.

Siento a alguien a mi lado y cuando levanto la vista me encuentro con la carita del Dani, quien me entrega una sonrisa triste y se sienta a mi lado para luego atraerme hacia él y abrazarme.

—¿Cómo estái? — pregunta —. Sé que es una pregunta tonta para la situación pero...

—No estoy bien, Dani — contesto.

El Dani deshace nuestro abrazo para poder acomodarse.

—Él tampoco — susurra después de unos segundos —. Y no lo digo para que te sientas mal, pero sé que te importa y sé que te preocupas por él y también sé que te mueres por saber como está.

Yo asiento:—¿No me odias? — limpio una lágrima que me recorre la mejilla.

—Tú hiciste que mi mejor amigo haya vuelto a la vida, Mar — murmura —, nunca podría odiarte. Pero tampoco logro entender muy bien porqué decidiste hacerlo...

Yo no contesto así que él sigue hablando:—No voy a juzgar y obvio que respeto tu decisión, pero si hay algo más de por medio, necesito que sepas que puedes confiar en mí, si necesitas ayuda en algo, no estás solita, Mar — acaricia mi hombro —. Y así como ustedes han estado para mí, entonces todos nosotros estamos para tí. Siempre será así, Mar — sonríe —. Siempre nos tendremos.

Asiento y el Dani vuelva atraerme a sus brazos, mientras más lágrimas caen por mi cara, casi como dos  cascadas.

Cada parte de mí cuerpo grita a que le diga la verdad.

Cuando dejemos de sentir miedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora