CAPÍTULO 05

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JENNIE POV'S

Salí del coche, viendo como mi esposo se adelantaba para entrar en el pequeño local de café que habíamos encontrado. Quedaba cerca de casa, así que decidimos pasar un rato aquí para conversar y acercarnos más. Suerte que él había conseguido venir, pero para mí mala suerte. Se había pasado todo el día en el celular, hablando con su secretaria o su compañero.

Cerré la puerta de mi asiento. Avanzando a paso rápido para poder llegar a su lado, fue tanto a si. Que estaba despistada y no me di cuenta cuando un cuerpo choco contra el mío. El tacto de nuestros hombros al querer entrar a la vez, fue caliente y hizo que sintiera una escalofrío por la columna vertebral hasta la punta de las pestañas.

—Mierda, lo lamento —Dije, para girarme al dueño de aquel cuerpo.

Quede más seca que cualquier zapato, cuando mis ojos primero diferenciaron una sudadera blanca, unos auriculares colgando de sus hombros, y baje la vista a sus pantalones negros. Sus manos estaban dentro de sus bolsillos, y cuando alce la vista. Note esos ojos abiertos de par en par de..., ¡Lalisa Manobal!

—¿Maestra Kim? —Preguntó, su voz ronca me obligó a tragar saliva.

—Señorita Manobal —Dije, mirando a otro lugar. ¿Por qué me sentía tan nerviosa de un momento a otro?

—Qué raro verla por aquí, en el tiempo que llevo viniendo no me la eh encontrado —Agrego.

—Oh, no, no, no. Vine recién hoy con mi esposo —contesté, forzando una sonrisa de lado. Que salió más sincera de lo que me proponía.

—Vaya, genial.

—¿Usted..., viene muy frecuentemente aquí?

Asintió con una gran sonrisa.

—Él padre de mi mejor amiga es el dueño de este pequeño pero honorable lugar, vengo siempre aquí para encontrarme con ella... O simplemente por pasar el rato.

—Vale —después de que dijera eso. Nos rodeo un silencio tenso e incómodo. O, mejor dicho para mi. Porque ella parecía muy relajada con aún su deslumbrante sonrisa en el rostro.

Finalmente ella hizo un movimiento. Se hecho para atrás y me abrió la puerta de manera caballerosa, indicándome que entrará. Me limite a agradecerle con la mirada, pues no me creía capaz de poder decir unas cuantas palabras más. No con esos ojos mieles mirando fijamente mi cuerpo, como si de una escultura se tratase.

Divisé a mi esposo viendo hacia los lados en medio del lugar, seguramente buscando mi pequeño cuerpo. Cuando me noto, Sonrió y se acercó a mi.

—Te estaba buscando, cariño. Ven, vamos allá —señaló una mesa.

Asentí, y él tomo mi mano para guiarnos para allá. Cuando nos sentamos, yo quede con vista hacia, precisamente. Lisa, Mi alumna. Quien, curiosamente, estaba hablando animadamente con una chica que usaba el uniforme de trabajo. Tenía una leve sonrisa en el rostro, y, la amabilidad que emanaba su cuerpo podía sentirse hasta aquí.

Después de un rato visualizando como aquellos dos seres interactuaban alegremente, mientras sentía una ligera picazón en alguna parte del estómago. Ella se fue hacia una mesa, la seguí con la mirada hasta que se sentó detrás..., Detrás de mi.

Su aroma inundó mis fosas nasales, haciendo que olvide por unos milisegundos de repente que mi esposo, Kai existía. Simplemente estaba aspirando su olor a fragancia sensual, pero toques frutales que lo hacían abrazable. Nunca me cansaré de sentir como mi nariz inhalaba aquel aroma.

—¿Jennie? —me sobresalte cuando Kai paso una mano frente a mis ojos. Devolviendo mi ser a la realidad.

—¿Eh..? ¿Qué has dicho?

Un Injusto pero Especial Amor | JENLISA G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora