CAPÍTULO 01

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LISA POV'S

Entre en esas gigantescas puertas de vidrio trasparente, que le pertenecía al instituto de estudios avanzados para chicos problemáticos. Y ahí estaba yo, entrando cabizbaja, mientras como lo suponía. Gente me miraba mientras murmullaban entre si, sobre el error que cometí en el pasado..., Maldita sea, ¿Acaso nadie lo puede olvidar? Son cosas que pasan porque se te salen de las manos.

Buscaba por el rabillo del ojo mi salón de clases, veía los cuadros pequeños de madera que había en los centros de la puerta, indicando el nombre del aula. Como la mayoría de los que estaban abajo no era el mio, subí hacia el segundo piso. Así fue varias veces, hasta que al subir al tercer piso..., ¡Bingo!

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Abrí la puerta. Y la mirada de una chica con cabello rubio, y ojos castaños cayo encima de mi. Le mostré una sonrisa de lado nerviosa, y baje la cabeza nuevamente para avanzar a pasos apresurados, y dejar mi mochila en el asiento del fondo. Aquella chica seguía sin decir nada, hasta que se levanto. Y se acercó a mi. Trague saliva.

—Hola —Sonrió en grande, lo que me dejó desconcertada—. ¿Eres nueva aquí?

—Eh.... Si, de hecho. Este es mi primer día —estreche su mano que estaba extendida.

—Pues mucho gusto, soy Roseanne Park. Pero me puedes decir Rose, soy la presidenta del consejo estudiantil, y claro. De esta clase.

Alce una ceja. Pues no tenía la pinta de ser alguna chica problemática, en realidad. Parecía un ángel caído del cielo, alguien que no tendría el valor de regañar a un cachorro por romperte cien mil jarros. No le di más vueltas al asunto, así que le dedique mi gran sonrisa sin mostrar los dientes.

—Mucho gusto, Rose. Soy Lalisa Manobal, pero puedes llamarme Lisa. Y..., ¿Soy nueva? —ella solto una risa.

—Bueno, Lisa soy nueva. ¿Quieres un recorrido por las aulas de los chicos de último año? —Preguntó.

—Sin pensarlo dos veces —acepte, con, ahora, una sonrisa de oreja a oreja sincera.

Caminamos por los pasillos amplios de aquel tercer piso. Me abría las puertas de algunos salones, y, me enseñó diferentes aulas donde tendríamos que pasar por alguna otra materia.

La verdad, esta tal Roseanne se estaba ganando toda mi confianza. Era amable, chistosa, y más que linda podría decirse. Su sonrisa era espléndida, y, aunque sus ojos al principio tuvieron una mirada aterrorizante. Ahora mismo tenían una suavidad hipnótica que te hacia tambalear.

El recorrido no tardo tanto. Puesto que cuando el timbre sonó, tuvimos que girar sobre nuestros talones. Para ir casi que corriendo a nuestra aula [...] si soy completamente sincera. Sentía ansias por saber quienes serian los maestros que se nos asignarán.

Cuando estuve sentada en el fondo, me sentí incomoda. Pues aún las miradas recaian sobre mi como piedras gigantes directas al cráneo. Además de esos susurro algo audibles, que hacían que mis manos sudaran y mi inseguridad aumentará a un nivel irracional.

Se escucho como la puerta se abría y todos dejaban de parlotear. Un hombre obeso, alto, con un poco de cabello blanco y barba. Entraba y se quedaba estancado en el centro del salón.

—Como todos saben lo que pasó con el Señor Lee. Les diré lo siguiente....

No pude evitarlo y levante la mano antes de que el continuará el discurso. Pues, yo no conocía a ese tal Señor Lee ni su historia.

—Lo lamento Señor —Dije, cuando me dio la palabra—. ¿Pero puedo saber que paso con aquel Señor Lee? Es que soy nueva.

—Oh... —Me miró con desaprobación—. Señorita Manobal, ¿No? —asenti. —Él Señor Lee fue llevado a la cárcel por violar a una alumna.

Abrí los ojos sorprendida. Pensaba que los maestros de esta institución no tenían el valor..., O mejor dicho, la cabeza tan grotesca y morbosa, como para hacer eso que tanto se veía por las escuelas que rodeaban la mia. Incluyendola.

—Vale —me limite a decir.

—Como decía... Ya tengo a su nueva maestra, a quien conocerán en las clases de historia y literatura. ¿De acuerdo? —todos dijeron al unísono, "Si Señor" —Perfecto. Tengan feliz resto del día. Y tengan buena conducta —me miró.

Yo frunci el ceño, odiaba que me dijeran las cosas indirectamente, y eso había sido lo primero que pude recibir en mi primer día de clases. Supongo que me tendré que acostumbrar.

Él hombre, se dio la vuelta y comenzo a caminar con las manos en las espaldas hasta fuera del salón. Cuando desapareció de mi área de visión, apareció un hombre delgado, con ojeras y el cabello grisáceo cayendo por sus hombros. Parecía estar devastado o cansado. Estaba comenzando a tener miedo de dedicarme a la maestría.

(...)

Luego de la primera clase. Saqué mi almuerzo de la mochila, y me cole en una de las aulas vacías. No quería que todos me miraran como si fuera un fenómeno. Por lo menos no por ahora, ¡Oh! Además de que aquí podría hablar libremente con mi mejor amiga, Jisoo. Al menos ella no me rechazo después de saber lo sucedido.

Hablando de la reina de Roma, después de sacar mi celular que estaba vibrando en mi bolsillo, una imagen de ella y yo abrazadas apareció. Junto con el nombre de "Chica Pollo 🐔 ". Descolgue, acercando el aparato a mi oreja. Mientras reía internamente por el nombre.

¡Limario! —comentó, alegre—. ¿Como va todo en tu primer día de clases? ¿Has visto a alguna chica linda que quieras presentarme?

—Primero, esta yendo manejable, aunque si digo que bien no fuese correcto. Segundo, ¿Qué pasó con, Vanessa?

Me di cuenta de que las pelirrojas no son para mi. Me gustan más las rubias. —Sonreí cuando de inmediato, Rose se paso por mi cabeza.

—De hecho, hoy conocí a una chica bastante linda. Pero es demasiado para ti, Chu y lamento decirlo.

¡Estas clavando un cuchillo en mi ego, Limario! —fingió lloriquear—. ¿Del uno al días que tan buena estaba?

—Veinte —contesté segura.

¡Madre mía! —podía imaginarmela fingiendo recibir un disparo—. ¿Y piensas no presentarmela?  Mal por ti, el Karma de los pollos te caerá encima.

—Creo que solo te llegará a ti, ¿No? Te comes sus cuerpos cada dos días —me reí cuando escuche su quejido de injusticia.

Pensaba que eramos amigas para que me restriegues mis debilidades en la cara.

Entre un bocado de mi sándwich de atún a la boca. Y intentaba masticar y tragar rápido para volver a hablar.

—Cambiando un poquito de tema. ¿Como va tu relación con tus padres?

¿Como va lo tuyo con lo sucedido en la escuela? —me tense.

—Sabes que no me gusta hablar de eso, Chu —entre otro bocado.

Lo mismo digo sobre mis padres, Limario. Simplemente no me gusta.

Justo cuando iba a decir algo, el timbre sonó. Cortando mi palabra y dejándola ahogada en mi pobre garganta.

—Jichu, tengo que irme. ¿Nos vemos después en la cafetería de siempre? —Pregunté.

Esta bien. Hablamos luego, Lice.

—Hasta luego, Camarada.

Colgué, y suspire. Entrando el último bocado en mi boca. Y levantándome del escritorio. Ahora estaba tomando rumbo a la siguiente clase, la cual si no me equivoco. Era Literatura.

Un Injusto pero Especial Amor | JENLISA G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora