CAPÍTULO 16

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LISA POV'S

Nunca había estado tan segura de una cosa, como estaba segura de que iba a ser más que incomodo este pasa rato. Además de tener que convivir con el esposo de mi maestra, la cual estaba haciendo que sintiera un millón de estragos en mi corazón y mi estómago; tenía que aguantar la presencia de Jimin, mi pequeño primo que había decidido venirse conmigo.

Y, claro. No era nada malo convivir con tu familia y menos en este caso que no tenía nada en contra del menor. Si no que, si llega a saber algo de lo que siento por mi maestra. No se la contaría dos veces para ir hacia ella y decírselo en la cara.... Por eso siempre prefiero guardarme las cosas. Y en dado caso que ni yo misma pueda con eso, se lo cuando a mi gran hermana Jisoo. ¿Quien mejor que ella para este tipo de cosas?

Aunque sinceramente todavía no se haya enterado, por lo menos me sentía más ligera al saber que alguien si lo sabía. En este caso, la joven que estaba a unos metros de distancia mía a través de mi inútil vista. Traducción: Jihyo; ella estaba al tanto de todo lo que pasaba entre esa mujer de ojos gatunos y yo. Había sido su condición para poder darme ese consejo, o, más bien, para responder mis atormentantes dudas.

Sabía que las probabilidades eran más que bajas. Pero deseaba que me tocase una habitación cerca o con la misma Kim. Solo necesitaba retener su aroma en mis fosas nasales para sentir un estremecimiento raro pero gustoso por todo el cuerpo. Todos esos síntomas que causaba ese "enamoramiento" me daba más que miedo. Pero estaba comenzando a aprender a manejaro por cuenta propia. 

Después de que Dahyun se acercó a mi y Kim se alejo, subimos a las habitaciones. Todavía no las teníamos asignadas de por si, pero deje todas mis cosas en la primera habitación que encontré. Tirándome en una de las grandes camas con frazadas de tela suave color rojo vino, encapuchandome entre ellas ya que el aire acondicionado permanecía siempre encendido.

Había una gran televisión enfrente de todo el cuarto, teníamos —o, por lo menos la habitación donde me encontraba—, en el balcón una preciosa vista hacia la playa que esperaba por nosotros. Teníamos un cuarto de baño mil veces más grande que mi armario, y ese no voy a mentir, pequeño no es. Además de las maravillas y la delicadeza como modernidad acogedora que acompañaba cada fracción del lugar.

El aroma que rodeaba toda la área, era un suave aroma a lavanda que recorría todas las partes de tu frágil cuerpo, y te inundaba las fosas nasales haciéndote querer inhalar y exhalar hasta que no de más. El lugar era increíblemente increíble según mi punto de vista.

Me acomode mejor en la gran cama. Aún no había venido nadie y era la única y solitaria que eligio la habitación más grande. ¿Por qué? Ni yo misma tengo idea.

Escuche como se abría y se cerraba la puerta. Al principio pensé que sería Dahyun. Pero al sentir ese dulce olor a frutas y coco que me erizo la piel supe de quien se trataba. Me quedé quieta en mi lugar sin decir nada. Desde que había hablado con Jihyo, no podía ni mantener una conversación corta y normal con la maestra sin que me suden descontroladamente las manos.

—¿Manobal? —su aterciopelada voz, me hizo un recorrido desde la punta de los pies hasta la copilla de la cabeza.

—P-parece que nos tocara juntas, Señorita —comente, mi cara estaba contra la almohada. Arrepintiendome y reprochandome mentalmente el porque había tartamudeado.

—Parece que si...—susurro—. ¿Se siente incomoda con eso?

—¿Qué? No, claro que no. Para mí es un gusto que se quede conmigo.

Lo dices de mentira por tus sentimientos hacia esa mujer. Pero según yo..., Con ella todo va a ser más interesante.

¡Cierra la boca subconsciente! Primero que nada nadie te ha pedido tu opinión. Y, segundo, nada más que caminar por la playa sería interesante.

Ni tu lo crees...

—Muchas gracias. Es muy cordial de su parte —escuche como se sentaba en la cama opuesta—. ¿Derecha usted izquierda yo?

—Perfecto.

—Genial, entonces acomodare mis cosas. Lamento si la desperté.

—No se preocupe, Señorita. Ya me encontraba despierta.

Ella no dijo más nada, y yo tuve en claro algo. Ahora por nada del mundo me iba de esta habitación. No quería tener sentimientos aún más profundos por ella cada vez que la mirase, pero el deseo de quedarme en un lugar donde también estuviera su presencia era mucho más fuerte. Así que me acomode mejor en mi cama, boca abajo, pero sin cerrar los ojos.

Sabía que faltaba alguien más, puesto que en esta gigantesca habitación, habían tres camas. Y. Aún con eso, estaba concentrada en mi maestra. No importaba quien viniese mientras su compañía esté en presencia de este cuarto. Tal y como lo supuse, se escucho el ruido de la puerta abriéndose, dando paso a...

—¿Señorita Kim Dahyun? —la primera que tomó la palabra, fue la de ojos gatunos.

—¿Jennie? —Dahyun abrió los ojos sorprendida, ¿Se conocian estas dos?—. ¡Cuánto tiempo sin verte!

Mi mirada fue directamente hacia la maestra. Que no se notaba muy contenta por ver a la menor. Que aún así se acercaba a ella con los brazos extendidos, justo para entregarle un abrazo de oso. Cosa que por lo que la cara de mi maestra decía, no quería.

—Si... ¿Por qué no me dijiste que venias? —se río nerviosamente. Nunca la había visto así.

—¿Acaso Mina no te lo dijo? —enrollo el cuerpo de la maestra con sus brazos.

—No —correspondió el abrazo incomodamente, tanto que cualquiera lo notaria.

—Vaya..., Tendré que hablar con ella.

—¡No hace falta! Esta bien... En fin, ¿estarás aquí con nosotras?

—¿Nosotras?

Levante la mano perezosamente, los ojos de Dahyun se iluminaron al verme. Al instante Sonrió en grande, y volvió a su confundible fase tímida.

—Lis...—murmuró. La señorita Kim enarco una ceja con incredulidad.

—Hola, Dubu. Parece que nos tocara juntas, ¿No?

—¡Si!

—Eso parece —escuche lejanamente el susurro de mi maestra.

Esto será interesante. 

Un Injusto pero Especial Amor | JENLISA G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora