CAPÍTULO 18

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LISA POV'S

Estaba casi llegando hasta el hotel de Jisoo, donde seguramente se encontraban unas cuantas personas más. Pero junto con Jihyo, ella debía saber mis sentimientos encontrados con la maestra. Esa maestra que tan loca me estaba volviendo. Y pensar que todo comenzó con un duelo de miradas insensato e infantil. Qué terminó enamorando mi pobre alma por completo.

Divisé la puerta de madera lisa con un pequeño cuadro que tenia el número 206 justo en el centro. Lo reconocí como la habitación donde ella se hospedaba, tal y como me habia dicho hace unas horas para que pasase a contarle sobre una "tienda de pollos gratuita". Y, si había alguien que no rechazaría eso. Es Kim Jisoo.

Di dos toques en su puerta. Para luego entrar mis manos en los bolsillos silbando distraidamente. Hasta que la puerta se abrió de golpe, dando para mi sorpresa a Kai. Él..., Él esposo de Jennie Kim. Lo que por una razón muy aparente pero absurda, me hizo sentir muy mal. Me hizo sentir que yo solo era un gato frente a un león.

—¿Y bien? —Preguntó—. ¿Qué es lo que quieres, niña?

Frunci el ceño de inmediato. Podía ser quien sea, pero nadie tenia el derecho de llamarme niña. Me acomode en mi lugar, mirándolo fulminante.

—¿A quien le llamas "niña"?

—¿A quien más? Pues a la única niña que tengo enfrente —rodó los ojos.

Yo le di un empujón que se suponía debía de ser suave, pero que terminó haciendo que elhombre diera tres pasos hacia detrás.

—¡¿Pero que te pasa?!

—Necesitaba cruzar, hombre—Dije sin mirarlo. Enfatizando la última palabra mientras pasaba por su lado.

Escuche un suspiro sonoro, para después escuchar el sonido de la puerta cerrándose. Supuse que el lado que parecía todo un cochinero era de Hanbin. Reí internamente por eso. Él era un real regueroso.

Escuchaba la regadera del cuarto de baño, Sabía que mi amiga se estaba duchado. Pero la idea de tener que estar a solas con este hombre me hacia querer salir corriendo de aquí. Aunque, de todas maneras, opte por la idea de quedarme y esperarla. Me acerqué a su cama totalmente arreglada. Y me senté.

No sabía el porque. Pero se me había venido a mi mente una imagen perversa y pervertida con Jennie Kim..., Luego mis ojo se posaron en su respectivo esposo. Frunci el ceño cuando lo vi con un dedo dentro de la nariz, y con la mano libre agarrando su celular. Estaba tan pegado al mismo que cualquiera pensaría que iba a formar parte de el. ¿Enserió Kim se enamoro de este perezoso?

Incluso antes de entrar escuche sus quejidos de desgana que salían de su voz.

Cuando la puerta del baño se abrió me sobresalte. Tal vez había estado muy concentrada en buscarle algo bueno, o, algo que me convenciera para saber que él era lo suficientemente para la maestra Kim. Y, por más que lo intente. Lo único que encontraba eran defectos, y, más defectos.

¡Claro! Dirás: Nadie es perfecto.
Pero Jennie era perfecta.

Llegaría a decir que ni yo misma me merecía estar a su lado. Por eso tampoco luchaba en hacerme ilusiones al estar a su lado. Por más que me doliera.

—¿Lisayah? —la voz de Jisoo me saco de mi nuevo ensimismamiento.

Kai poso los ojos en mi amiga.

—¿Vienes... Para verme? —las palabras salieron de manera cautelosa.

—Si.

—Ay, mierda... ¡Mira, lo lamento! —enarque una ceja—. ¡Se que mi dijiste que no podía comer más chocolate, y, si, me comí la caja completa pero...

Abrí la boca sorprendida. Y la interrumpi al instante.

—¡Eso no era, idiota! ¡¿Como que te Comiste una caja de chocolates?!, estábamos a dieta.

—Bueno, bueno, ya hablaremos de eso, ¿Si?... Dime para que viniste.

Le di una miradita desde el rabillo del ojo a Kai. Ella entendió al instante, dedicándome un asentamiento de cabeza. Se ajusto la toalla para acercarse al sujeto. Que no había despegado la vista de la pantalla, y, cuando lo hizo, fue para burlarse de nuestra situación... Menudo ingrato.

—Em.. Kai —escuche que ella decía. Observe como él levantaba la vista hacia ella.

—Sal—le dijo él.

—Azúcar. Y, no, no voy a salir yo. Vas a salir tu —Él alzo ambas cejas.

—¿Quien te crees para sacarme de aquí? —Preguntó sin gracia.

Jisoo suspiro. Y me hizo una seña de que lo sacara rápidamente de allá. Hice caso a su mandato, y dentro de dos segundos él ya estaba fuera tocando la puerta frenéticamente. Pero siendo ignorado de manera descarada por parte de nosotras.

Mientras mi amiga se ponía ropa. Yo estaba tumbada en la cama estirada como una estrella, viendo el techo. Cuando sentí que la cama se hundía un poco a mi lado. Supe que mi amiga ya había terminado. De la nada el aire se volvió tenso e incómodo para mí. Se me formo un nudo en la garganta, las opiniones de mi amiga lo eran todo para mi.

Jisoo lo notó, ella notaba lo que yo sentía y como me sentía y a veces me hacía creer que era especial ese simple hecho. Pero esta vez, me quedé en silencio esperando que ella tomara la palabra. Por ahora no estaba preparada para hablar yo primero. Ella pareció captarlo cuando evite su mirada, porque dirigió sus ojos a la pared y comenzó a entablar conversación.

—Y... ¿Qué me ibas a decir, Lisayah? —comenzó.

—Chu... ¿Por qué no podemos controlar nuestros sentimientos?

Ella pareció sorprendida. Nunca le había hablado de eso, nada que tenga que ver con amor. Pero en este caso fue completamente distinto.

—Porqué los sentimientos somos nosotros. Y cuando no sabes quien eres aún, tampoco puedes conocer correctamente tus sentimientos como para poder controlarlos. Y, aunque muchas personas dicen que se aceptan no es asi. Todos tenemos por lo menos alguna inseguridad, esa inseguridad es ese granito de arena para que nuestras emociones tomen control de nosotros...., ¿Por qué preguntas?

Me quedé en silencio nuevamente. Mirando fijamente la pared.

—Estoy enamorada.

Un Injusto pero Especial Amor | JENLISA G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora