JISOO POV'S
Nunca había escuchado nada por el estilo salir de la boca de mi amiga. Sabia que alguna vez había sentido atracción hacia alguien, pero nada que cruzara ese limite... Pero ahora de la nada venia y me decía que... ¿Estaba enamorada?
Suspire. Me impresionaba mucho. Pero me dolía de todas formas, yo la conocía como la palma de mi mano; Y en sus ojos que tanto arrepentimiento se veía, ya le había dicho a alguien antes... Y lastimosamente, para mi mala suerte, ese alguien no era yo. Por eso me dolía tanto que me lo hubiese ocultado por tanto tiempo, cuando se supone que soy como su hermana.
Pero a fin de cuentas las hermanas no se cuentan todo, ¿Verdad? Recuerdo que nunca le dije todo a mi hermana. Pero a Lisa... A Lisa le dije hasta lo que yo misma no entendía. Igual. No todos tenemos el mismo pensamiento profundo. Así que solo me limite a ver su rostro que estaba de perfil, evitando mi mirada a toda costa. Sabía que ella también de sentía mal por ocultarmelo, entonces, ¿tan mal le sabía enamorarse que tenia que ocultarlo?
—¿Y por qué no me dijiste antes? —las palabras salieron antes de que pudiera detenerlas.
Quería saber la razón. En sus orbes marrones se veía que algo andaba mal, y yo tenía que saberlo. Tenía que saberlo a lujo de detalles esta vez. No quería ponerme de dramática y decirme mentalmente lo mal que había sido eso para mi, porque aun cuando me dolía y me ardía de manera fría. Tenía a mi amiga bastante confundida viendo un punto fijo, ensimismada en su melancolía.
—Es que no lograba comprenderme a mi misma, Chu—la sinceridad brotó en esas palabras.
—Entonces... ¿a quien más le dijiste?
Se quedó en silencio. Tal vez pensando en si sería correcto decirme quien sería. Pero después de todo suspiro.
—Jihyo.
Alce la cejas sorprendida. Nos llevábamos bien con aquella pelinegra. Pero tampoco a tal punto de contarle nuestras cosas... O más bien las cosas que se encuentran en lo más profundo de nosotras. Aunque por un lado la llegue a comprender. Jihyo era una persona sabia que sabia aconsejarte de la mejor manera.
Claro. Pero pidiendo chisme a cambio. Así cualquiera.
—Esta bien —Dije finalmente—. ¿Y ni me vas a decir quien es?
El suspiro sonoro que salió de su boca hizo eco en la gigantesca habitación. Me hizo enarcar una ceja de inmediato, mientras la intriga y la curiosidad me consumian tanto que podrían carcomerme.
—Se que tal vez te suene raro, y digas que todavía no se lo que siento. Pero soy mayor de edad, Jichu. Y. No es mi culpa haberme enamorado de mi maestra.
Casi me caía de culo al escuchar su monólogo. Aceptaría cualquier cosa, pero, ¿esto?
Vale. Estaba bien que se enamorara, pero tampoco quería que mi amiga se ilusionara en un lugar en eo que no debía. Aquella mujer tenía un esposo. Tenía una familia, y, seguramente no iba a dejar todo por una estudiante que la veía con ojos de amor. Por eso me decepcionaba. No pensaba que Lalisa podría llegar a ser tan ingenua como para dejar que su corazón se enamore de ella.
Mientras, los orbes de sus grandes ojos me miraban con atencion. Su labio inferior estaba siendo mordido por sus dientes, se notaba que estaba llena de ansiedad. Inquietada por la respuesta que le daría.
Pero es que simplemente no tenía la respuesta. Sabía que si escuchaba mis palabras se iba a sentir mal, se iba a sentir decepcionada consigo misma y era lo que menos quería. Quería que ella se sintiera bien, pero tampoco debía llevarla hacia el mal haciéndola yo misma creer falsas ilusiones. Ilusiones donde solo las tiene ellas, nadie más.
O, quizás yo no sea psíquica y ahí detrás también pase algo. Por más baja que sean las posibilidades, podría llegar a haber una posibilidad en la que Jennie Kim por lo menos pensara en su alumna como un alumna favorita. Y, quizás, tan solo quizás, como algo más que no fuese esa estudiante desaplicada y desobediente.
—Lisa —la llame, ella me miraba con una intensidad irradiante.
—¿Si?
—No está bien —fue lo único que se me vino a la mente de respuesta.
—Ya lo se, Chu. Se que esta mal que vea con estos ojos a mi maestra de Literatura. Aquella mujer que es madura, adulta. Y, que lo que busca es un hombre. No una niñata a la cual enseñar.
Me dolía ver a mi amiga de esa manera. Reconociendo lo mal que estaba, y, sintiéndose peor al reconocerlo y no poder hacer nada. Sin remedios me deje tumbar completamente en la cama. Al igual que ella, que cayó a mi lado mientras las dos veíamos el techo pintado de blanco.
—¿Y que piensas hacer? —Pregunté.
—¿Qué voy a hacer?, no puedo hacer nada. Una persona no manda a su corazón, su corazón lo manda a él.
Asentí lentamente pensando. Hasta que tocan dos veces la puerta; Levantándome primero que mi amiga de un salto. Me acerqué a allí para abrir aquel objeto de madera lisa. Por mis entrañas juraba que si era Kai el lugar iba a explotar. Abrí la puerta por completo, pero para mis sorpresa no era quien yo pensaba.
De repente mis mejillas ardieron y le di un repaso rápido a mi vestimenta con la vista. Antes de volverla hacia ella que me miraba fijamente con una sonrisa de lado. Mi corazón latió con una frecuencia Anormal que nunca antes había sentido. Con ninguna de las chicas que he hechado un polvo o he salido, me a hecho sentir tantos sentimientos como con Rose.
Pero, como había pensado anteriormente debido al caso de mi gran amiga. No debía hacerme ilusiones, en un lugar donde seguramente no va a haber nada.
—¡Tierra llamando a Jisoo! —sus finos dedos chasquearon frente a mis ojos.
—¡¿Quien es, Chu?! —Preguntó Lisa en un grito desde detrás.
—Ouh, ¿tienes visita?
—Lastimosamente.
—Pues, ¿te puedo pasar a ver más tarde? Necesito hablar contigo a solas.
Asentí agitadamente. Me dolía el pecho y sentía que mis latidos iban tan fuerte que el corazón se me iba a salir.
—Claro.
—Pues te veo más tarde, Jichu —giro sobre sus talones. Antes mirando por encima de mi hombro—. Adiós.
—Hasta luego.
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Un Injusto pero Especial Amor | JENLISA G!P
FanfictionDonde, Lalisa Manobal, tiene que sufrir, enamorándose de la nueva maestra. Además de tener que aferrarse al pasado que no la deja avanzar, por miedo a ella misma. Y, Donde Kim Jennie. Tiene que aguantar ver todos los días esos ojos que la estan vol...