CAPÍTULO 12

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JENNIE POV'S

Aun tenia la imagen del hombre y mi estudiante frente al cuerpo ajeno con el rostro lleno de sangre, implantada en mi cabeza. Era como un CD que no paraba de repetirse de la manera más tortuosa posible. Siempre le eh tenido una fobia a eso..., A los golpes o a las torturas. Y, lo presencié de aquella persona que creía incapaz de hacerlo. Y no entendí porque pensaba eso de una persona tan característica como ella.

A veces nos llevamos sorpresas, que no son tan buenas que digamos. Todo lo contrario, son sorpresas que te quitan una parte o te agregan esa parte que tanto dolor te esta comenzando a causar.

Cuando fuimos a la estación de policía, dijeron que ellos se iban a presentar pero en casa del hombre. Iba a tener una condena, cuando escuche esas palabras suspire de satisfacción, y aunque logre ocultarlo perfectamente. Quería dar saltos de alegría cuando supe que ese pedofilo no se iba a salir con la suya.

En fin. Ahora mismo me encontraba dejando algunas cosas encima de mi escritorio, puesto que hoy solo seríamos un alumno problemático y yo. Pues lo suspendieron, y me eligieron a mi como la maestra que lo atendiera. Creo que los rumores de lo estricta que soy, llegaron a los oídos del Señor Shin. Director y hijo del fundador.

Estaba de espaldas a la puerta cuando escucho que esta se abre de golpe, haciendo un estruendoso ruido contra la pared. Miro sobre mi hombro, y, pronto me arrepentí de eso; Lalisa se encontraba tirando agresivamente su mochila en la primera silla de la fila en medio. El miedo me consumió y recorrió por completo. Ahora solo la veía como un mounstro..., Nunca me había sentido tan vulnerable frente a alguien a esta edad como ahora.

—¿Qué? ¿Tengo algo en la cara o que? —espetó, acercándose. No lo dijo suavemente, si no algo molesta, pero al parecer hizo en intento de sonar amigable conmigo.

Cuando dio un paso hacia delante, yo uno hacia atrás. Parecía que eso la había sacado de casillas, pero aún así mi cuerpo seguía actuando a su propio y primer impulso. Ella caminaba hacia delante y yo hacia atrás, hasta que mi cuerpo choco contra la pared y el pizarrón.

—¿Por qué coño se aleja? —escupió bruscamente.

—S-Señorita Manobal... El lenguaje porfavor.

—¡No tiene derecho a decirme nada sobre el lenguaje! —me sobresalte. Comenzaba a temblar—. Usted ni siquiera me está mirando a los ojos... Dígame, ¿Soy un mounstro?

Alce la mirada. Ella curiosamente pareció entender mis ojos. Porque los suyos se oscurecieron, estaban igual que el mismo día que llegó. Sin expresión, sin brillo. Solamente estaban siendo un par de ojos que cumplían el objetivo de visualizar las cosas. Prohibiendose así mismos ser el espejo de su alma.

Dio unos cuantos pasos más a mi, yo alce la cabeza para verla a los ojos. Se acercó tanto que nuestras narices prácticamente rozaban. Por lo que me sentí intimidada, además de él revoloteo de dragones en mi estómago. Mis manos sudorosas, mi respiración entrecortada, y ni hablar de los fuertes latidos de mi corazón. Me relami los labios viendo los de ella..., No me había fijado de lo apetecible que son...

¡Jennie Kim! ¡Concéntrate!

—Dígalo, diga que soy un mountro. —susurro en mi oreja, haciéndome estremecer. Su aliento mentolado a causa del chicle solo aumentaban mis ganas de querer estampar mis labios con los de ella.

—Creo que me mal entendió, Manobal—coloque una mano en su pecho intentando alejarla. Ella solo se alejo apenas un centímetro para mirarme. O más bien mirar mis labios cubiertos por el labial rojo sangre.

—No mal entendí nada —su voz sonó más ronca de lo normal—. Me suspendieron por golpear a ese idiota. ¿Y le digo lo peor de todo? Que mi maestra me llama mounstro, haciéndome recordar que...—abrio los ojos, y se separó de golpe. Cortándose a si misma.

Un Injusto pero Especial Amor | JENLISA G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora