CAPÍTULO 09

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LISA POV'S

De camino a la biblioteca, no podía borrar la imagen de la cabeza de Jennie en mi hombro. En como conversamos hasta las una de las madrugada en esa oscura noche y gélida lluvia. Y, aunque en ese momento todo fue genial y fuera de película. Las consecuencias eran aún peores.

¿Por qué? Porqué desde ese dia, mi propia maestra a estado evitándome. Cuando porfin tengo la capacidad de alzar la mano por tomar la palabra, pasa de mi dandosela a Rose. Y, no me malinterpreten. Pero Rose siempre es la que habla, ¿No debería pasarme el turno a mi que soy la más estúpida del salón? Mínimo tengo un parásito.

De todas maneras, aunque hubieran mil cosas en contra de mi sonrisa. Esta no desaparecía ni se borraba de mi rostro. Pues aun mi mente recordaba tal como el mismo día, el rostro de ella, su dulce voz destrozada y molesta. Su sonrisa cuando la hacia reír, su cabeza en mi hombro, y el tacto de nuestras pieles sacándome un suspiro interno que no podía dejar salir a la luz.

Aun cuando ella ya ni me miraba, cruzar al menos por su lado hacia que mi corazón latiera sin frenos algunos. Qué mi respiración se cortara y mis manos sudaran como una inundación. Mi nerviosismo aumentará a un nivel irracional, y quiera vomitar por el dolor de estomago que me causaban las mariposas.

Pero, ¡Maldita sea! ¿Por qué ella? ¿Por qué tenía que sentir una y un millón de cosas por ella, por precisamente mi maestra de historia y literatura? Era simplemente incrédulo, porque sabía que ella miraba con ojos brillosos a su esposo. Mientras yo la miraba con ojos brillosos a ella, cosa que no terminaba de entender por completo.

No terminaba de entender cuando esos sentimientos que había desarrollado por su "atractivo" se convirtió en mi nueva razón por la cual querer venir al instituto. Por la cual todos los días me levantaba más temprano, solo para encontrarme con ella a solas en un lugar solitario. No sé cómo se convirtió en lo unico que cruza por mi cabeza cuando voy a dormir, cuando despierto, cuando como, cuando estudio, cuando leo, ¡En todo momento! Solo no terminaba de entender eso.

Pero ella me ignoraba, daba por hecho que no tenía nada que ver conmigo, y, que el momento que pasamos hace tan solo dos días no fue nada para ella. Solo fue un simple momento en donde una alumna apoyaba a su maestra..., Y por alguna razón eso dolía como mil demonios.

Sin darme cuenta, ya estaba frente a las puertas de madera de la biblioteca. Entre, y mi miraba paso a recepción. Donde había una chica con lentes mirándome con una leve sonrisa. Se la devolví, y ella solo hizo un gesto con el dedo índice señalando hacia arriba. Donde vi todas las normas del lugar.

Asentí con la cabeza. Mientras comenzaba a avanzar, agarre unos cuantos libros para estudiar y intentar entender algunas cosas en matemática, gastronomía, historia, y álgebra —por si no sabían que me iba mal en álgebra—, ya que quería tener una buena reputación académica. Aunque nadie lo crea, enserió quería ir a la universidad.

Me senté en una silla del fondo, donde no me di cuenta que a mi lado había una chica rubia, con labios carnosos y rosados, de ojos claros pero parecían sombríos y tristes. Lo que de inmediato me hizo acercarme más a ella, y, entablar una pequeña conversación.

—Hola...—Susurre.

Ella me miro. Mi corazón se detuvo cuando note sus ojos llenos de tristeza, decepción a sí misma, dolor..., Y muchas cosas más que no tenían nada que ver con el optimismo y la Alegría.

—Hola —forzó una sonrisa de lado, que pareció una mueca.

—¿Estas bien? —pareció sorprendida de mi pregunta.

—S-si —supe de inmediato que mentía.

—¿Estas segura? No te veo muy bien que digamos.

—No debes preocuparte.

La mire durante unos momentos más. Enserió me estaba llamando la atención, y alterando mi curiosidad. Quería saber que le pasaba, quería ayudarla, quería que se sintiera bien. Yo detestaba, o más bien odiaba, ver a gente que no lo merecía infeliz.

—¿Quien eres rubia de ojos claros? —esta vez, logre escuchar una leve risa... Sincera.

—Soy Jeon Somi, mucho gusto —me Extendió su mano.

—Él gusto es mio, Somi, Soy Lalisa Manobal, puedes llamarme Lisa —la estreche.

—Gracias por tener interés en mi, Lisa. Pero estoy bien, no hay nada de que preocuparse ¿Bien?

Aunque no estaba muy convencida, asentí. Pero no me iba a dar por vencida, asi que me acomode mejor en la silla mirando al frente. Sabiendo que su mirada estaba clavada en mi perfil.

—¿Te puedo invitar a comer Somi?

—¿Eh...? ¿A mi? ¿A Somi? —reí.

—Nooo, a mi nieta —solte sarcásticamente. Ella río de nuevo dulcemente—. Claro que a ti, Somi ¿Por qué te sorprende tanto?

—No... lo se. Me acabas de conocer, ¿No te da miedo?

—Si te soy sincera, no tienes pinta de asesina ni nada por el estilo... Más bien de vendedora de Starbucks guapa que es amada por todos —otra vez, pude escuchar su risa a traves de esa mirada sin expresión de alegría.

—Gracias por el cumplido.

—Aquí estamos —guiñe un ojo juguetona—, ¿Qué dices? ¿Vienes conmigo a comer Kimchi?

—Voy contigo a comer Kimchi, Lisa —asintió.

Sentí una mirada encima de nosotras. Una que me hizo tragar fuertemente saliva sin razón aparente, pero cuando me daba la vuelta de la manera más disimuladamente disimulada posible. No había absolutamente nadie que nos prestara atención. Así que volví a prestar la mía en la rubia.

—Excelente... ¿Me das tu número? —Pregunté interesada.

—Claro, no tengo donde a...—sus palabras quedaron a la mitad cuando extendi un lapicero y mi brazo.

—Escribelo ahí.

Escribió con esa tinta azul unos cuantos números, para luego dejar el lapicero en mi mano con una leve sonrisa decorando su rostro.

—Ahora, ¿No quieres que te ayude con eso? —señaló el montón de libros que me acompañaba.

—Porfavor.

Un Injusto pero Especial Amor | JENLISA G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora