LISA POV'S
—Nunca dije que estaba bien —comente, con una sonrisa en los labios y mis ojos brillando como dos estrellas. Los labios de mi maestra eran tan deliciosos y exquisitos como el poder mirarla.
—Manobal —mencionó con voz demandante y fuerte, indicando que esto estaba más que mal, aunque ya me lo sabía de memoria—. Podrían hecharme del instituto, no solo a mi, sino a usted también..., Soy mayor.
—Yo igual.
—No como yo, usted no tiene la edad suficiente como para que podamos salir juntas sin que nadie nos juzgue.
Me encogí de hombros.
—No me gustan de mi edad, y no me importa que la gente nos mire —comunique con aun una sonrisa que parecía hasta fastidiarla.
—¿Acaso no escucho lo primero que dije? —exclamó evitando mirarme.
—Aja, ¿cuantas veces no me han expulsado de un instituto?, ¿cree que me importara si me expulsan de otro?
Mi voz sonaba tan segura que hasta ella misma dudaba. Pero aun seguía con aquella firmeza sin perder la cordura que yo necesitaba para no tener el impulso de volver a estampar mis labios contra los de ella.
—No es igual. Mancharía mi estatus, tengo un esposo —esa simple palabra hizo que frunciera el ceño y sintiera un estirón en el pecho—. Y no me mire así, que usted eso lo sabía ya.
Inevitablemente una mueca de tristeza se formó en mi rostro al saber que era un error lo que estaba haciendo, así que adentrando ambas manos en los bolsillos de mi pantalón di un paso hacia detrás para mantener distancia entre mi maestra y yo. Sus ojos castaños me miraron con consuelo, más bien no era aquella mirada la que yo deseaba de parte de ella.
También, el pensar que después de cometer este error las cosas estarían tensas entre nosotras en todo este viaje era detestable. ¿De donde a cuando las maestras tenían viajes con sus alumnas?, el mundo era un pequeño pañuelo y ahora lo podía confirmar por mi misma. Pero ese pañuelo no era capaz de secar mis pobres lágrimas.
Suspire mientras descansaba mis labios en una recta línea sin necesidad de expresar lo que sentía en esos momentos, el simple sentimiento del rechazo total por parte de alguien que, a pesar de todo, sabias que te iba a rechazar. Eso era lo mas estúpido, yo lo sabía, y de todas maneras decidí arriesgarme como que alguien era capaz de cambiar o arriesgar otra cosa por amor.
No, eso solo sucede en los libros y las películas de romance.
—Manobal...—comenzó murmurando, más bien aunque no era culpa de ella en esos instantes no quería escucharla.
—¿Usted ama a su esposo, Maestra Kim? —espete, encarandola. Ella alzo ambas cejas a forma de sorpresa.
—Claro, ¿por qué la duda?, ¿acaso no le fui lo suficientemente exacta con usted?
—Entonces, ¿por me correspondió el beso?
Eso la dejo en completo silencio. Y, yo tampoco me había puesto a analizar sobre ello hasta ahora que me había dignado a mencionarlo. ¿Acaso estaba jugando con mis sentimientos?, ¿Acaso estaba jugando con los sentimientos de su esposo, Kai?, ¿Acaso de verdad sentía algo por mi, aunque se lo mínimo?
Podían ser todas o no podía ser ninguna, pero me fui con la primera teoría porque no quería hacerme ningún tipo de ilusión. Más bien ahora que había conseguido que se mantuviera en completo silencio, gire sobre mis talones y tomé mi celular en mano, avance a paso lento tal vez con la esperanza de que ella dijera algo para detenerme y explicarme las preguntas que tenia, más bien eso no sucedió y cerré la puerta a mi espalda alejándome de ella.
Camine, ensimismada en mis pensamientos. Quería desahogarme con mi terapeuta personal—Mi pollo favorito Jisoo—, quien era la única que estaba al tanto de mis sentimientos hacia mi maestra además de mi misma, pero en realidad no quería molestarla. Seguramente ahora estaría hablando con Rosé, y, no quiero arruinar aquel momento donde mi amiga por fin entabla una conversación directa con quien le atrae.
Choque contra un débil cuerpo, e instantáneamente tome de la cintura ajena con sorpresa. En silencio solo se escucho el chillido de nuestros zapatos contra el suelo, mientras los ojos de quien supuse—Dahyun—, me miraban con aquel brillo intenso que normalmente de dedicaba y me parecía irresistiblemente adorable. La devolví a su lugar y ella dio un paso hacia detrás para mantener distancia.
—Gracias, Lisa, y lamento eso —dijo después de unos momentos contemplandome.
—No hay de que.
—¿Estas bien? —inquirió enarcando una ceja.
—Si, estoy perfectamente. ¿Por qué? —frunci el ceño ante la pregunta.
—Tú rostro se ve más apagado de lo usual, sabes que puedes contar conmigo para lo que sea como yo cuento contigo, ¿no?—sonrió de lado.
Lo pensé un momento, tal vez la posibilidad de poder contarle a Dahyun estaba entre mi lista. Pero aun no era el momento de decirle aquella tontería a más personas.
—Lo se. Pero no me pasa nada, Dubu —le asegure con una sonrisa genuina y sincera, esas que le dedicaba para que se calmase y no se preocupara de más.
Nos miramos durante unos momentos. Ella me transmitia cosas infinitas aunque no podía percibir nada, tal vez como el color blanco. Los ojos de ella era la suma de todos los colores reflejados, expuestos, pero a la vez, era la total ausencia del color reflejando únicamente la luz; en este caso el brillo de sus ojos café.
Pero el negro, los orbes negros de Jennie Kim. El negro es la ausencia del color, pero a la vez son todos los colores consumidos que dejan percibir el negro. Eso quiere decir que sus orbes oscuros tienen un sin fin de cosas por descubrir, pero que ya no lo podré hacer yo según mi punto de vista. Salí de mi ensimismamiento cuando Dahyun Extendió los brazos.
—¿Abrazo? —Preguntó.
—Abrazo —asentí.
Rodee su pequeño cuerpo en un fuerte abrazo estrujando su diminuto cuerpo contra el mío. Se escucharon pasos detrás, más bien los ignore y seguí deshaogandome en aquel Abrazo tan cómodo y familiar. Sonreí y me aleje de ella con una sonrisa de oreja a oreja.
—Gracias, Dubu. ¿Vamos juntas?
—¿Jennie? —dijo ella.
—Lisa, tengo la respuesta. ¿Podemos hablar? —mencionó su voz aterciopelada detrás de mi.
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Un Injusto pero Especial Amor | JENLISA G!P
FanfictionDonde, Lalisa Manobal, tiene que sufrir, enamorándose de la nueva maestra. Además de tener que aferrarse al pasado que no la deja avanzar, por miedo a ella misma. Y, Donde Kim Jennie. Tiene que aguantar ver todos los días esos ojos que la estan vol...