Disputa por el Trono (#5 Amores en la Realeza)

8

Elina:

Y sucedió lo que más temía: Alguien nos vio.

Es Angelina y quisiera sentirme aliviada de que se trata de mi amiga, pero no puedo evitar pensar que pudo ser cualquiera.

Ella tiene las mejillas sonrojadas y los ojos muy abiertos, su rostro se muestra muy avergonzado y con mucha sorpresa, cabo en cuanta enseguida que Egan aún me tiene aprisionando con su cuerpo.

—Lo siento, princesa, duque. —Angelina baja la cabeza. —Lamento haber interrumpido, enseguida me retiro.

¡Angelina, no te vayas!

Egan se ríe. —Upps.

Aparto al bruto de mi lado frunciendo el ceño o eso intento. —Mira lo que hiciste. Ahora debes estar feliz.

—Estoy feliz que se fuera si eso quieres saber. —Atrapa nuevamente mi boca y me envuelve en un nuevo beso, Egan tira de mi labio inferior y jadeo apartándolo.

Esta vez retrocede.

—Ya basta.

Sonríe de oreja a oreja.

—No voy a caer en tu juego, Egan. —Le hago saber y esos ojos se oscurecen en medio de la noche.

Mi corazón palpita y me apresuro en salir de la cocina.

(***)

Doy vueltas en la cama, no puedo dormir y no son los cólicos, de alguna manera su té me ha aliviado y...

Me llevo las manos a la boca.

Arden... me arden como nunca o ya me volví loca y todo está en mi imaginación.

Maldigo a Egan un par de veces antes de quedarme dormida y despierto cuando irrumpen en mi habitación, es mamá junto a las doncellas y Angelina.

—Hija mía... Sigues en la cama.

Ese té me dejo como un tronco.

Bostezo, estirando los brazos, las criadas se ríen y Angelina les lanza una mirada, logrando que se callen.

Mamá carraspea. —¿Qué modales de una princesa son esos?

Soy humana también, dios.

—Lo siento. —Es lo único que me queda decir para no iniciar una discusión, pero mamá no lo deja.

—Un lo siento no basta, Elina. Has tenido una excelente educación, serás una gran esposa y ...

"Consorte"

La estúpida palabra de Egan regresa.

—Alístate. —Ordena y los sirvientes meten la tina a mi habitación para luego pasar a retirarse. —Te necesito impecable para la llegada de nuestros invitados.

—¿Más caballeros veré hoy?

—Por supuesto, aún no he recibido la solicitud de tomar tu mano de nadie y mientras ese momento no llegue, no daré por sentado nada. Alístate que pronto empezara a llegar el primero..

—Al menos hoy... ¿Podría descansar?

Mamá enarca una ceja.

—Es solo...—Estoy agotada, cansada, harta y cualquier significado que se le parezca, pero en lugar de eso, digo. —No quiero parecer desesperada.