2 (Jiang Cheng)

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Jiang Cheng salió de la oficina de su jefe, o mejor dicho, de su madre, con una orden.

A-Cheng... ¿Estoy siendo tan cruel? Sólo tienes que tener una reunión con nuestro socio de negocios. Serán dos días de negociación y el resto lo tienes libre para hacer turismo.

No podía negarse y delegar el trabajo a otro compañero.

Pensó que debía hacer las maletas. Nunca estaba de más ser precavido, ¿tenía sus documentos de viaje al día?

Sintió una repentina inquietud.

No era la primera vez que Jiang Cheng viajaba al extranjero. Pero con el paso de los años, cada viaje se le dificultaba. Provocaba que Jiang Cheng dudara en volver.

Tenía que admitir que quería echar raíces, pero ¿qué otra cosa podía retenerle aquí? A su familia le iba bien. Había resuelto los conflictos con su madre, estaban más unidos, era feliz con su hermana y adoraba al pequeño A-ling. Por mucho que su amigo fuese irritante, Wei Wuxian nunca le había fallado. Y aunque alguna vez había tenido todas las herramientas para hacerlo, había elegido a Jiang Cheng.

Hablando del diablo...

Sus pensamientos se interrumpieron cuando su teléfono empezó a sonar.

Contestó.

―Hace dos semanas que no nos vemos y hasta ahora no he recibido ningún mensaje tuyo. No quiero molestarte porque se que tu trabajo es demandante, pero... ¿Por qué no ves los videos que te envío?

―Porque como tú dices estoy ocupado.

―Jiang Cheng, ¿por qué eres tan malo conmigo?

El joven Jiang sonrió. ¿Debía dejar que su amigo sufriera un poco más o debía calmar sus emociones por el bien de la amistad? Eligió la segunda opción porque no quería recibir una llamada del Sr. Frío.

―Los vídeos de los cachorros eran adorables.

La alegría de Wei Wuxian se oyó desde la otra línea.

―Sabía que te encantarían.

Jiang Cheng entró a su oficina y juntó unos papeles.

―Saldré en veinte minutos, ¿quieres cenar? Le llevaré comida blanda a tu Lan Zhan.

―¡¡¡¡Oh!!!! Eres la mejor, Meimei.

―No soy una chica, idiota, y mucho menos tu hermana pequeña― hizo un gruñido exasperado. Luego dijo:―. Me voy a Nueva York.

Wei Wuxian tarareó. Conocía los pensamientos de Jiang Cheng y lo que le causaban estos viajes por trabajo.

―¿Te quedarás más tiempo esta vez?

―No lo sé.

Ambos sabían que la última vez Jiang Cheng se había quedado casi cuatro meses. Pero volvió porque su sobrinito le echaba de menos y quería a su tío favorito.

―¡No llegues tarde! Avisaré a Lan Zhan y al pequeño A-Yuan de que vienes ―le dijo Wei Wuxian con un tono de voz más apagado que de costumbre.

Aunque quería ocultarlo, Wei Wuxian no quería que Jiang Cheng hiciera su vida en el extranjero. No solo.

Eres de la familia Jiang Cheng. Tú eres mi familia.

Jiang Cheng colgó y dejó escapar un suspiro. Sus pensamientos continuaron.

¿Y el amor? Quería un final feliz, como todo el mundo, pero Jiang Cheng dudaba de que le ocurriera a él. No le interesaban las relaciones que no significaban nada, ¿y la gente que conocía en las citas? Bueno, le habían dicho que era aburrido. ¿Era aburrido querer sinceridad en una relación? ¿Era aburrido querer una pareja con la que hablar y reír?

Persuasión Y Sentimientos (XICHENG FANFIC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora