10- ( Jiang Cheng, Lan Xichen)

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―Es increíble― exclamó Jiang Cheng mientras volvía a revisar los papeles que había traído de la oficina. Gruñó mientras tiraba una carpeta junto a la comida grasienta que había comprado mientras viajaba de regreso al hotel.

Tenían una nueva reunión programada dentro de dos días y no quería ir con las manos vacías.

Jiang Cheng había estado todo el día muy ocupado y, sobre todo aquella noche, le había dicho a Lan Xichen que no podía mantener una charla con él. Lan Xichen lo entendió y le devolvió un mensaje más que comprensivo. Jiang Cheng no sabía cómo le había tocado la lotería con este hombre.

Se cambió de ropa por otra más cómoda y tomó otra carpeta que aún tenía en el maletín. No podía darse por vencido. Le echó una mirada a algunos papeles nuevos y se enfrascó en ellos durante la siguiente hora. Reconoció que en algunas cuestiones no podía mantenerse inflexible, de lo contrario las negociaciones progresarían más lento hasta el punto de estancarse.

Y él sería el único responsable.

En cada reunión, Jiang Cheng salía tenso de la sala de juntas. No era exagerado decir que la directora del grupo mediático MXTX era parecida a su madre. Al igual que Yu Ziyuan, la directora de MXTX era muy meticulosa. Cuidando hasta el más pequeño detalle.

En cada encuentro se discutían los puntos pendientes del día anterior y las reuniones duraban bastante tiempo. En medio tuvieron que aceptar un tiempo libre. Fue en una de esas tantas ocasiones que la directora se acercó a Jiang Cheng y hablaron.

Las cosas importantes no son fáciles de conseguir, señor Jiang. Estamos cambiando cosas que llevaban años establecidas y, sobre todo, cambiando la vida de las personas que trabajan con nosotros. Espero que entiendas por qué soy exigente con esto.

Y, por supuesto, Jiang Cheng lo entendió. Los trabajadores estarían con una nueva cadena de mando, desconocida para ellos, esperando que no hubiera despidos ni cambios radicales.

Jiang Cheng no era tan tonto y aunque su madre tenía fama (que mantenía más por sus rivales) de cruel, era todo lo contrario. Su empresa era una de las más eficientes del mercado, siempre velando por el bienestar de sus empleados.

Después de marcar los puntos importantes para la siguiente reunión, Jiang Cheng también tiró los papeles al montón que ya tenía sobre la pequeña mesa de café.

Debía ducharse, pero estaba tan cansado que fue a lavarse los dientes y a tomarse un analgésico para el dolor de cabeza.

Mientras se enjuagaba la boca y hacía gárgaras, pensó que debía enviar un mensaje de buenos días a Lan Xichen y luego dormir hasta que la alarma de su teléfono lo despertara. Tenía que llamar a su madre y darle su informe.

Se tumbó en la cama y envió el mensaje, que fue leído inmediatamente. La respuesta no tardó en llegar.

Dulces sueños Wanyin.

Jiang Cheng sonrió como un tonto, pero ¿y qué? Esas pocas palabras lo reconfortaron y también lo estropearon.

Lan Xichen... Ese idiota. Desde que dejó que Lan Xichen entrara de lleno en su vida, todos sus planes dejaron de tener sentido. Incluso los más simples.

Fue su culpa que ahora no quisiera dormir. Jiang Cheng quería hablar con Lan Xichen. Quería oír su voz. Quería envolverse en ese manto de tranquilidad que Lan Xichen le transmitía. Pero no quería que Lan Xichen se sintiera culpable de su cansancio. No cuando el hombre mayor se preocupaba por él.

Además... ¿No fue el propio Jiang Cheng quien le pidió que no se comunicara?

Frunció el ceño.

Maldito seas Lan Xichen...

Persuasión Y Sentimientos (XICHENG FANFIC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora