Jiang Cheng se levantó con dos pares de ojos mirándole.
―Tío... ¡Te has quedado!―le dijo feliz el pequeño Sizhui. Pero al darse cuenta de que había levantado la voz, sus mejillas tomaron color ―. Lo siento tío... A-Die me pidió que no te molestara.
A Jiang Cheng le encantaba este pequeño Lan. Siempre tan educado y responsable. Todo lo contrario a su sobrino pavo real. Aunque el niño hiciese constantemente berrinches, Jiang Cheng elegiría a A-ling mil veces más.
―Ven aquí, dame un abrazo―abrió los brazos y el niño le correspondió―. ¿Tu baba no se levantó?
―A-Die dijo que Baba debía descansar. Baba tuvo pesadillas toda la noche.
―¿Cómo lo sabes?
―A-Die me lo dijo.
El tono de preocupación de Lan Sizhui por su padre le estrujó el corazón. En cuanto terminó de recoger los fragmentos de cristal que habían quedado esparcidos por el suelo, fue a ver a Lan Sizhui, como le había prometido a Lan Wangji. El chico tenía el sueño pesado y no había oído los gritos de Wei Wuxian ni los suyos propios. Cuando estaba a punto de irse, Lan Wangji lo detuvo.
"Wei Ying quiere que te quedes aquí esta noche".
Jiang Cheng estaba a punto de replicar que lo mejor era marcharse, pero el Sr. Frío mostró cierta calidez, sorprendiéndolo.
"Por favor, quédate. No sólo me necesitará a mí".
Ante esta petición, Jiang Cheng no pudo negarse. Conocía la habitación de invitados porque no era la primera vez que lo invitaban a pasar la noche. Muchas veces era porque Wei Wuxian no permitía que Jiang Cheng condujera bajo los efectos de la fatiga y el estrés. Otras veces era porque Wei Wuxian le pedía quedarse a dormir cuando Lan Zhan iba a casa de su tío Qiren.
―Ve con tu A-Die. Me reuniré contigo en unos minutos.
Lan Sizhui asintió y salió de la habitación.
Jiang Cheng se estiró e hizo una mueca de dolor. Tenía la mano herida por un trozo de cristal.
Se aseó rápidamente y se dirigió a la habitación que compartía su amigo y su marido. Wei Wuxian estaba cubierto de pies a cabeza con las mantas y parecía que en el centro de la cama sólo había una masa amorfa de telas.
Debería haber sido más delicado, pero Jiang Cheng cerró la puerta de golpe para hacerse notar. Sin embargo, con todo aquel ruido, Wei Wuxian no se movió.
Jiang Cheng no creía que estuviera durmiendo.
―No me dejas elección― dijo al aire y en cuestión de segundos se lanzó sobre la cama, aplastando la masa amorfa. Lo único que consiguió fue un gruñido de dolor.
―Levántate, oveja descarriada.
Wei Wuxian resopló.
―¿Eres tú el pastor?
Jiang Cheng puso los ojos en blanco.
Wei Wuxian era una persona impulsiva y ni siquiera Lan Wangji podía detenerle cuando se le metía algo en la cabeza. ¿No fue por esta personalidad indomable por lo que Lan Wangji se enamoró de Wei Wuxian desde un comienzo?
Jiang Cheng no contestó y en su lugar le murmuró:
―Lan Wangji y el pequeño Sizhui te esperan para desayunar.
Esta vez Wei Wuxian no le respondió. Jiang Cheng decidió que tenía que animarle y se metió bajo las mantas para buscar a su amigo.
Wei Wuxian lo miró con expresión aburrida y unas ojeras muy pronunciadas.
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Persuasión Y Sentimientos (XICHENG FANFIC)
FanfictionJiang Cheng no buscaba un cuento de hadas. Solo quería un amor duradero y serio. Lo habían llamado un hombre malhumorado y aburrido, ¿Quién se interesaría en él? Claro que Jiang Cheng no había anticipado que se sentiría muy atraído a Lan Xichen. Sin...