23-(Lan Xichen, Jiang Cheng)

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La noche se alargaba y dos amigos estaban sumidos en una profunda conversación.

Jin Guangyao se negaba a llorar pero sus ojos brillaban. Apenas había tocado su té y ya había abierto la boca lo suficiente como para que Lan Xichen comprendiera que la vida que siempre había deseado le hacía sentirse vacío.

***

Jiang Cheng se despertó sobresaltado. Necesitaba ir al baño. Se removió y al estirar las piernas notó el vacío a su lado.

Giró la cabeza y, efectivamente, Xichen no estaba en la cama. Jiang Cheng alargó la mano y sintió las frías sábanas. Hacía tiempo que Lan Xichen había abandonado la cama porque su calor había desaparecido. Estaba completamente  oscuro y Jiang Cheng buscó su teléfono.

Eran las tres y media.

Jiang Cheng se incorporó y fue directamente al baño.

****

—Oh, mierda. ¿Sigo dormido?

—Sí—contestó Jin Guangyao con una sonrisa astuta—. Es una pesadilla horrible.

Jiang Cheng gruñó y se acercó a Lan Xichen.

—¿Qué haces aquí con el señor Maldad?—dijo mientras le besaba en el cuello.

Vio luz en la cocina y cuando fue a ver si Lan Xichen estaba allí, no sólo lo encontró a Xichen, sino también a Jin Guangyao.

Increíble.

—Wanyin... —dijo Xichen cariñosamente—. No quería despertarte. ¿Qué hora es?

—La hora suficiente para que vuelvas a la cama conmigo.

—Parece que interrumpo. No imaginé que Jiang Cheng fuera...—hizo una pausa molesta—, muy atrevido con sus muestras de afecto.

Jiang Cheng miró a Jin Guangyao y le señaló con el dedo del medio.

—¡Wanyin!—exclamó con una ligera protesta. Jiang Cheng le dedico una sonrisa que dejaba claro que no se arrepentía de sus actos.

—Muy poético—murmuró Jin Guangyao.

—A-Yao... No te burles de mi pétalo.

Jiang Cheng sintió sus mejillas calientes. Eso trajo una leve risa de Jin Guangyao. Maldición. Le rompería las piernas a Xichen por esto.

—Oh, por cierto, ese pijama con estampado de perros te sienta bien. Te hace ver menos combativo.

Jiang Cheng le lanzó una mirada fulminante.

—Cállate.

Lan Xichen le tomó la mano y le besó el dorso. Ya era una costumbre para Xichen pero Jiang Cheng lo miró con el ceño fruncido. No quería que Jin Guangyao presenciará esta dulce atención.

—Creo que se ve adorable. ¿No piensas lo mismo, A-Yao?

—Claro, Er-ge. El amor es así. Todo se ve adorable a través de los ojos del corazón.

—Lo mismo digo del señor Nie —murmuró Jiang Cheng. Jin Guangyao lo miró de reojo sin mucho humor.

—Llegas justo a tiempo, Wanyin. Le estaba contando a A-Yao lo de Su She.

Persuasión Y Sentimientos (XICHENG FANFIC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora