Hillary estaba muy nerviosa. Tenía ganas de ir a Hogsmeade, pero Draco le había advertido que estaría sobre ella. Y eso le ponía nerviosa.
Hillary miró el nido de Osiris, en su escritorio. Su viejo cuervo llevaba varios días enfermo. A penas se movía y comía. Hillary intentó incitarlo que fuera con ella al pueblo, pero el animal se encontraba muy cansado.
Hillary bajó, finalmente, y se reunió en el patio con Albus y Jamie, que hablaban juntos.
—¡Tía Hillary! —exclamó Albus, corriendo a abrazarla. Luego, se fijó en su camiseta—. ¿Te gusta AC DC?
—Amo AC DC —aseguró la pelirroja.
—Por fin tengo a alguien con quien escuchar la música. A Jamie no le gusta el Rock y Scorpius dice que cantan demasiado fuerte.
—Boof —bufó Hillary—. A todo esto, ¿dónde está Scorp?
—Fue a buscar a su padre —explicó Jamie—. Oh, mira, allí vienen.
Hillary se giró y se encontró a Draco con una mano en los hombros de Scorpius. Scorpius lucía muy feliz junto a su padre. Draco llevaba una gran sonrisa en el rostro que desapareció cuando su mirada se encontró con la de ella.
Lejos de mirarle furiosa o ponerse a la defensiva, Hillary se sonrojó tanto que sus sobrinos la miraron raro.
—Tía, ¿tienes fiebre? Estás colorada.
—Estoy bien, Albs —contestó, evitando mirar a Draco.
Sin decir nada más, todos partieron hacia el pueblo de Hogsmeade.
Hillary se mantenía firme. Tom le había dicho que tenía que empezar a ceder si quería arreglar las cosas con Draco. Sin embargo, sentía que si lo miraba, no podría dejar de hacerlo.
Por otro lado, Draco caminaba de la mano de su hijo mientras los niños hablaban entre sí. Hillary estaba delante de él. Caminaba tan divina como siempre, y Draco no podía dejar de verla, desde su cabello rojo hasta el tacón de sus botas.
Scorpius se separó de su padre para caminar más adelante con sus amigos. Draco avanzó hasta llegar a la altura de Hillary, quien tenía la vista al frente y las manos en los bolsillos. Draco copió su acción. Luego, desesperado, habló el primero.
—¿Emocionada por volver a Hogsmeade? —preguntó tímidamente.
—Bastante —contestó, de nuevo con las mejillas rojas.
—¿Segura que no tienes fiebre? —Draco alzó la mano y la puso en su frente. Hillary se apartó de inmediato.
—Estoy bien, no me toques —gruñó.
Draco no dijo nada, solo bajó la mano y apartó la mirada nervioso.
—Esperaba que pudiéramos hablar sobre mi comportamiento del otro día.
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Primos Potter: los Herederos de la Magia
FanficLIBRO 3 🔴Este libro no se centra en un romance de la tercera generación, continúa con Draco y Hillary años después🔴 Han pasado 20 años desde que la Segunda Guerra Mágica tuvo lugar; 20 desde que el d stino arrancó a Hillary Potter de los brazos de...