LIBRO 3
🔴Este libro no se centra en un romance de la tercera generación, continúa con Draco y Hillary años después🔴
Han pasado 20 años desde que la Segunda Guerra Mágica tuvo lugar; 20 desde que el d stino arrancó a Hillary Potter de los brazos de...
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Hogwarts al completo se había levantado más temprano que nunca para preparar toda la festividad. Todos los alumnos parecían contentos (cómo no si te sustituían los exámenes por charlas y clases dinámicas). Iban de un lado a otro colgando los pósteres, preparando todo para la bienvenida de sus héroes.
Aquel año se cumplían 20 años desde la Batalla de Hogwarts; la Segunda Guerra Mágica. Los héroes que habían salvado el mundo mágico, como Aurora y Harry Potter, los visitarían y pasarían una semana entera con ellos dándole charlas y clases. Un festival entero cubría Hogwarts.
Claro que... no todos los héroes estarían. De hecho, ni siquiera todos los héroes serían reconocidos. Pues el nombre de la mayor heroína del mundo mágico era muy conocido. Pero claro, nadie iba a Hogwarts a enseñarles a sus alumnos una foto de Hillary Potter, la Elegida de Andraste.
Los niños oían historias de sus padres que habían pasado ya un par de generaciones. Desde la Bruja y el Diablo, hasta la Elegida y el Soldado. El Prisionero de Azkaban, el Niño que Sobrevivió, los hermanos Riddle...
Y lo más sorprendente de todo esto es que dichos héroes nunca le habían contado nada de esto a sus propios hijos. ¿Podéis imaginarlo?
Que los hijos de Harry Potter no sepan que una vez su padre tuvo una hermana.
Que los hijos de Tom y Mattheo Riddle no supieran que ambos protegieron a su "enemigo".
Que la hija de la Bruja no supiera que su prima había sido la mayor guerrera de la historia.
Y lo más importante: que el hijo de Draco Malfoy no supiera que su padre fue el Soldado amó intensamente a la Elegida de Andraste.
Exacto, aquellos niños no tenían ni idea de quién era la tal Hillary de la que todos hablaban. ¿Había sido una mala elección que sus padres eligieran callar ese dato? Seguramente. Pero las malas decisiones siempre se toman por una razón. Tal vez no querían remover el pasado. Claro que aquello no justificaba la mala decisión.
En fin, aquellos niños no sabían lo que se les venía encima. Debían estar preparados en cualquier momento. Su vida cambiaría muy pronto.
•••
Harry Potter se miró al espejo del baño. No quería salir; no estaba listo. Se apartó el cabello negro y revuelto de la frente. Fijó la mirada en su cicatriz, que seguía igual que hace 20 años.
Realmente, él seguía casi igual que hacía 20 años. La inmortalidad de las Runas de Protección surgía efecto. Estaba más alto y claramente más fuerte luego de aplicarse su entrenamiento de Auror. Tal vez se había cortado un poco el pelo, pero seguía igual. Y sus ojos tan brillantes como entonces.
Alguien llamó a la puerta.
—¿Harry? —preguntó Ginny Potter, su esposa—. ¿Estás bien?
