18. Lo que no sabemos

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Un nuevo entrenamiento de los Herederos acababa de finalizar

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Un nuevo entrenamiento de los Herederos acababa de finalizar. Scorpius, Albus y Jamie se despidieron de Hillary. Jamie sonrió con iniciativa y se giró hacia los Slytherin.

—Oíd —inició—. No creo ser el único idiota que se ha dado cuenta de que las cosas han cambiado bastantes... han pasado cositas... Opino que deberíamos usar la Piedra Moira solo los tres y ver qué ha estado pasando desde que Hillary volvió.

—Tentador —Scorpius esbozó una sonrisa ladina—. Me parece perfecto.

—Por la noche no queda nadie en la Sala de los Menesteres. Nos veremos allí antes de medianoche —contestó Albus.

—Excelente. Ahora vamos a ducharnos antes de que alguien no note algo raro.

Así lo acordaron y así lo hicieron. Tras la cena, los tres se escondieron en la capa de invisibilidad. Se sentaron en el frío suelo de la Sala de los Menesteres, apoyados en la pared.

•••

—Hola —habló Hillary, seca y algo sorprendida.

—Buenos días —Draco pretendía sonreír—. ¿Qué tal has dormido?

—¿Qué quieres? —agudizó la mirada.

—Venía a ofrecerte que bajaras conmigo a desayunar.

—Gracias, pero sé cómo llegar.

Hillary iba a cerrar la puerta, pero Draco lo impidió. Ella lo miró a los ojos con el ceño fruncido mientras que Draco suplicaba con los ojos.

—Hillary, vamos a pasar mucho tiempo aquí. Harry me pidió que te echara un ojo y que te ayudara con las clases. Sé que no quieres hablar conmigo y conociendo que me odies, pero tampoco puedes evitarme para siempre.

Hillary le sostuvo la mirada en silencio.

Finalmente, suspiró y se metió en su habitación para tomar su cartera y la túnica, la cual se colgó en el hombro ya que tenía bastante calor.

Draco sonrió satisfecho mientras ambos echaban a andar tranquilamente hacia el Gran Comedor.

—Tienes un piano —comentó Draco.

—Sí, es un regalo de Dumbledore. Pensó que me haría bien tocar si en algún momento entraba en crisis —explicó. Tosió y desvió la mirada—. Si... en algún momento quieres tocarlo o escucharme tocar...

—No toco desde... —y ahí terminó la frase. La miró mientras caminaba cabizbajo.

—Lo siento.

Primos Potter: los Herederos de la MagiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora