No saben lo que yo daría por que un conejo me guiara hacia una madriguera para poder conocer al Sombrerero.
Celebrar mi no cumpleaños y comer malvaviscos que multipliquen o disminuyan mi tamaño.
Creo que me llevaría muy bien con él. Hablaríamos seriamente del porqué el gato sonriente debería proclamarse como la nueva luna.
O sobre convertir a la Reina de corazones en la pintora oficial de todas las rosas del País de las maravillas.
O de mandar a operar a aquella oruga de los pulmones antes de convertirse en mariposa y la tachen de fumadora.
Le preguntaría qué tan profundo es su sombrero y él me respondería que es similar a la profundidad de su corazón.
Beberiamos el té en un plato y nos abrazariamos con los píes.
Y me recordaría que la realidad es más maravillosa si le pones un poquito de locura a los ojos de la razón.
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3:00 a.m
PuisiLa poesía es un alma en pena que me posee al cubrir mis ojos con sus manos blancas haciendo de las mías su marioneta personal. Sintiendo por mis dedos la contextura del plumero. Olerlo. Entenderlo. Hablarle. Rezarle. Seducirle. Todo para que él cob...