Capítulo n°39 "conciliación"

38 7 92
                                    

"¿Entonces crees haberlo visto?" Preguntó Blake, a través de la llamada.

—No creo, estoy segura que lo vi. También estoy segura de escucharlo, decía mi apellido y se dirigía a mi como señorita, fue raro —Expliqué sobre el hombre que había visto el dia que estaba con Kal en mi habitación estudiando.

Tomé otro sorbo de café mientras ponía la llamada en altavoz para terminar de desayunar rápido.

"Supongamos que creo lo que dices haber visto. ¿Qué crees que significa?" Preguntó.

—No lo se, fue extraño. Escuche la misma voz cuando...

Me detuve. No había hablado con nadie sobre lo que había pasado en el bosque, estaba segura que Kal tampoco se lo había mencionado a Blake, él habría preguntado al respecto. Sacudí la cabeza intentando alejar las imagenes de ese día.

"Estoy saliendo, estaré en tu casa en quince."

—Carter vendrá por mi.

Silencio.

—No te enfades, sabes que tengo que hablar con él. —Dije al no obtener respuesta.

"No quiero que estes a solas con él." Ordenó.

—Kalia estará con nosotros. —Agregué.

Luego de un rato accedió, dejando que vinieran por mi. Me despedí de él diciendo que lo vería en la escuela. Caminé por la casa en busca de las cosas que necesitaba, me sentía con mucha mas energía que ayer. El sonido de la puerta de la cocina abrirse me asustó, volteé rápidamente a ver, se movía en un vaivén lento, como si alguien acabara de salir.

—¿Hola? —Pregunté a la nada.

Sentí la madera debajo de la escalera rechinar, solté mi bolso al ver la silueta de el hombre subir. Pude verlo mejor esta vez, no estaba vestido como un mayordomo, en realidad usaba un smocking antiguo, se veía elegante.

—¡Oye! —Intenté llamar su atención, corrí escaleras arriba cuando le perdí la vista.

Caminaba hacía mi habitación. Tragué saliva antes de entrar a paso lento, me pare en medio de la habitación, buscando, pero no estaba por ningún lado. Decidí bajar a buscar mi celular para llamar a Blake, cuando estuve en la puerta, su voz resonó detrás de mi.

—Vasilevsky. —Me hizo pegar un salto por la sorpresa.

Al voltear lo vi parado frente a mi, con un porte refinado. Su cabello estaba perfectamente peinado, al igual que su bigote. Sus ojos detonaban una mezcla de preocupación y enojo.

—¿Quién eres?

—Tienes que dejarlos entrar. —Aunque sono como suplica, fue una advertencia.

—No entiendo de que estas hablando. ¿Dejar entrar a quién?

Unos golpes en la puerta me distrajeron, para cuando volví la vista, el hombre se había esfumado. Mi habitación estaba vacía, sin rastros de él. Mientras bajaba a abrir la puerta, cavilaba sobre lo que me había dicho.

—Carter. —Saludé al ver que era él quien tocaba.

Me quito el aliento por un segundo lo atractivo que se veía, su mandíbula estaba mas marcada, su cabello rubio estaba mas largo, e incluso podía jurar que sus ojos grises habían adquirido algún tipo de brillo.

—¿Con quién hablabas? —Preguntó, se inclinó un poco buscando a alguien dentro de la casa.

—Con nadie. —Busqué mi bolso, y salí cerrando la puerta detrás de mi. —Espera, ¿cómo me escuchaste?

Eternos SagradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora