Al salir todos de la casa, Carter nos adelanto, hacía una llamada a alguien, supongo que a la bruja que veríamos.
- Hola, necesito un favor... - Se alejó de todos subiendo a su auto del lado del conductor.
- Esta supuesta bruja... - Habló Corban junto a mi - ¿Es confiable? Digo, tendremos que explicarle quien es Alena.
- La conocemos desde que eramos niños, es confiable - Aseguró Kalia - Confien en nosotros.
Blake bufó acercándose a su auto negro, estacionado junto al de los Brown, y del otro lado junto a la camioneta negra de Kal. Sabía que odiaba poner mi vida en manos de alguien que no fuera él, o en alguien que no confiara, como sus hermanos. Corban permanecía junto a mi, mientras todos se acercaban a sus respectivos autos.
Las miradas impacientes de Blake y Kalia me pusieron incómoda, supuse que ambos esperaban que me fuera con ellos. No tenía la energía suficiente para subir a un auto con Blake, escuchar su voz lograría que el enojo se esfumara de mi, pero aún no estaba lista para dejarlo ir.
- Iré con Kal - Solté.
El ceño fruncido de Blake me siguió hasta el auto de Kal, note la presión que hacía con sus dientes al verme subir. Corban se subió con Blake, note que intercambiaban unas palabras antes de salir.
De camino, entrando a Cladwood de nuevo, el viaje fue silencioso, ibamos detrás de los Brown y los Adler. Las personas en la calle seguían con sus vidas. Reían, hablaban y existían sin la responsabilidad que había caído en mi hace unas horas, sentí envidia por ellos.
- Puedes confiar en ellos - Su usual tono grueso salió destruyendo el silencio - Se que crees que no ahora, pero ninguno de ellos te haría daño.
- Lo sé - Respondí, aún mirando hacía las calles de Cladwood - Es solo que...
Mis ojos se encontraron con los de él, por un segundo el mundo exterior y sus problemas desaparecieron. Las pecas en su rostro se veían apagadas hoy, sus cejas hacían una leve inclinación al medio, esperaba a que dijera lo que estaba pensando.
- Confío más en ti - Parpadeó un par de veces por el desconcierto que le causaron mis palabras - Tú eres el único que siempre logra encontrarme.
Su mirada era sincera, desgarradoramente sincera. Podía sentir la necesidad de salir de las palabras que tenía atoradas en la garganta. Odiaba que hiciera eso, que no supiera como hablar conmigo. Sus ojos recorrían mi rostro como si fuera una pintura, se detuvieron en mis labios. Abrí la boca levemente como acto reflejo, podía notar su pecho subir y bajar por su respiración irregular. Pestañeo un par de veces antes de correr la vista, parecía pecado para él siquiera pensarme de esa manera.
Nos detuvimos en la carretera, frente a una casa de ladrillos teñidos oscuros por la antigüedad. No parecía abandonada pero tampoco daba la impresión de que alguien viviera ahí desde hace mucho tiempo. Todos salieron del auto formando un círculo algo distorciano en la acera. Blake recorría con su mirada a Kal y a mi, no parecía haber ningún expresión en su rostro. Me golpee mentalmente a mi misma para controlar mis emociones.
- Ella te esta esperando - Carter me señalo - Deberías entrar sola.
- Ni hablar, ¿estas demente? - Blake soltó su enojo hacía a Carter - No va a entrar sola.
Verlo de esa manera era poco usual para mi, estaba acostumbrada al Blake que era conmigo. Me había olvidado de su temperamento, y la manera en la que trata a las personas que no le importan un comino.
- No podemos entrar con ella - Comenzo a explicar Kalia - Va a probar su sangre, idiota. Si cualquiera de nosotros reacciona mal, podríamos hacerle daño o algo.
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Eternos Sagrados
FantasyEsta historia es para las adictas de los casos perdidos. Un comienzo en una ciudad que no conoces, con personas que se conocen de toda la vida puede ser un conflicto para Alena Vasilevsky, en especial cuando las cosas se tornan extrañas por los suc...